Más señales de un ajuste fiscal y del retorno a las políticas de los ’90

Milei admitió que "va a haber una estanflación" como consecuencia de sus medidas. Los anuncios de desregulación y de liberación de importaciones inquietan al sector industrial.

Más señales de un ajuste fiscal y del retorno a las políticas de los ’90

Cuando resta sólo una semana para el recambio presidencial, los indicios sobre la política económica que aplicará la nueva gestión le siguen ganando a las precisiones. Lo que parece más claro es que dos de los tres ejes sobre los cuales Javier Milei edificó su campaña electoral, la dolarización y el cierre del Banco Central, quedaron por ahora relegados.

El presidente electo dejó en claro que el ajuste fiscal no se negocia, aunque cueste volver a la estanflación, esa mezcla de alta inflación con estancamiento económico que ya caracterizó a la economía argentina en los ’80. «Va a haber una estanflación porque cuando vos hagas el reordenamiento fiscal, te va a impactar negativamente en la actividad económica», dijo en una entrevista radial. En sus redes, Milei dejó una frase hecha remera que ya se volvió meme: «No hay plata». 

Mientras tanto, los casilleros del equipo económico se van cubriendo con lentitud. El designado ministro de Economía, Luis Caputo, sólo confirmó entre sus colaboradores a Joaquín Cottani, ex subsecretario de Financiamiento en la gestión de Domingo Cavallo. «Uno de los artífices silenciosos de los mejores momentos de la década del ’90», lo calificó.

Caputo se encuentra abocado a resolver el stock de pasivos del Banco Central, entidad de la que hasta ayer no se sabía quién se encargará. El futuro ministro acompañó a Milei a su viaje relámpago con Estados Unidos y se reunió con Gita Gopinath, la subdirectora del FMI. «Discutimos los complejos desafíos que enfrenta Argentina y los planes para fortalecer de manera urgente la sustentabilidad», dijo Gopinath. De aportar dólares no dijo una palabra.

Con ese panorama, la inquietud que cunde entre los hombres de negocios es qué sucederá con la economía real: la producción, compra y venta de bienes y servicios, los precios, las ganancias y el empleo. Sin encargarse estrictamente del área económica, Guillermo Francos y Diana Mondino, futuros ministros del Interior y de Relaciones Exteriores, dejaron algunas pistas en la Conferencia Anual de la Unión Industrial Argentina.

¿Industricidio?

Francos, otro excavallista (fue uno de los fundadores del partido Acción por la República, con el que «Mingo» se postuló a presidente en 1999), les dijo a los popes de la UIA que «vamos a quitarles el Estado del medio y permitirles que desarrollen su actividad empresaria», para lo cual prometió una ley de desregulación que, se presume, está redactando Federico Sturzenegger, también colaborador de Cavallo en el megacanje de bonos. El mismo Francos también prometió que «no habrá un industricidio».

La frase fue oportuna porque en ese mismo recinto, Mondino anticipó que se suprimirán las SIRA, el sistema de importación que regula la entrada de productos y la salida de dólares, lo que en los hechos liberará las importaciones. La próxima canciller también dijo que «las licencias no automáticas van a desaparecer», frase que a muchos industriales hizo recordar el cierre de fábricas de la década del ’90 ante la imposibilidad de competir con los productos extranjeros.

Como si fuera poco, Mondino dijo que, a pesar de la invitación extendida, Argentina no se sumará a los BRICS y que espera que se cierre el demorado acuerdo Mercosur-Unión Europea, mercado al que los libertarios creen que será más fácil exportar. «Consideramos francamente deseable que se firme. Por supuesto que hay cosas que a alguien no le gusta. A alguien le va a doler un pie. Pero tenemos que tratar de verlo en su conjunto», sostuvo.

Así las cosas, muchos creen que el diseño fino de la política económica corresponderá más a Javier Milei que a cualquier otro funcionario. Eso sospechan hasta en el FMI. «Me da la impresión de que la cabeza del equipo va a ser el presidente y que el ministro de Economía va a tener un rol más de diseño de la política financiera y de la deuda», opinó Alejandro Werner, exdirector del organismo, en una entrevista con Radio con Vos.

Precios y dólar

Hay dos temas puntuales que despiertan inquietud. Los mercados están ansiosos por saber el valor del dólar. Y al grueso de la población lo desvela lo que sucederá con los precios, habida cuenta del anunciado fin de los acuerdos con empresas.

Un informe del Ieral sostiene que el conjunto de políticas e instrumentos del gobierno electo todavía es «difuso» y detalla que «mientras el grueso de la atención se concentra en el ‘problema de las Leliqs’, el abordaje de la cuestión fiscal por parte del gobierno entrante sigue en la nebulosa, cuando ésta es la madre del problema». En materia cambiaria, pregona que más allá de mercado único o desdoblado, la prioridad debe ser abastecer de divisas genuinas al Banco Central. «El nivel del tipo de cambio oficial se estaría moviendo día a día en función de ese objetivo. Las expectativas de inflación no podrán ser ancladas por la vía cambiaria», agrega el informe del instituto que depende de la Fundación Mediterránea. Allí trabajó mucho tiempo Domingo Cavallo, cuyo nombre parece escondido detrás de todos los pliegues de este esquema económico. «