Diputados convirtió en ley al Plan de Ciencia 2030

La iniciativa que ya tenía media sanción del Senado obtuvo 156 votos afirmativos, ninguno en contra y dos abstenciones. Se plantean “diez desafíos nacionales” a partir de distintas agendas que se trabajarán en conjunto con todas las jurisdicciones del país.

Diputados convirtió en ley al Plan de Ciencia 2030

La Cámara de Diputados convirtió en ley en la sesión de este martes al Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, que contempla “diez desafíos nacionales” y distintas agendas que serán trabajadas en conjunto con todas las jurisdicciones.

El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo, el cual había obtenido la media sanción en el Senado el pasado 27 de octubre, logró la sanción definitiva con 156 votos afirmativos, ninguno negativo y 2 abstenciones, correspondientes a los diputados Rubén Manzi (CC-ARI) y Romina del Plá (FIT).

“En la Argentina hace décadas que hablamos de economía, y de una vez por todas debemos entender –sino seremos más pobres, más desiguales- que la cuestión económica en el siglo XXI es la innovación, la ciencia y la tecnología. Es el conocimiento”, sostuvo el presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología, Facundo Manes, que actuó como miembro informante.

Agregó el neurocientífico: “Es por eso que la política científica, tecnológica e innovación debe ser una política de estado; la ciencia argentina no es de ningún partido político, es de la sociedad argentina, y para eso tenemos que terminar con las mezquindades de cada uno de los sectores. Porque sino, los que ganan son los que vociferan discursos premodernos o fantasiosos, como cuando dicen sin ponerse colorados que el Estado debe abandonar la investigación y el desarrollo científico para la Argentina. Que se trata de un costo sin sentido. Es de ignorante. La economía global hoy se organiza en la competencia y en la innovación de las sociedades”, afirmó, asegurando que “los gobiernos de los países desarrollados, o que quieren desarrollarse, compiten por tener los mejores sistemas educativos, científicos y de innovación. ¿Cómo vamos a renunciar a este partido?”, se preguntó.

En un discurso que inició pasadas las 5 de la madrugada, Manes contó que “la participación del sector privado es muy baja, y eso tiene que ver con diversas causas: la naturaleza de la estructura productiva, que tiene una menor presencia en la industria en comparación con otros sectores; el enfoque exportador centrado en materias primas como hace 100 años, cuando dependíamos del clima… Seguimos dependiendo del clima. Y también la ausencia de incentivos económicos e institucionales. Por eso celebro que estemos tratando el Plan de Ciencia 2030, ya que se aprobó por unanimidad en el Senado de la Nación”.

Manes recordó cómo fue el tratamiento del proyecto en comisión y expresó su convicción de que “esta ley avanza en la dirección correcta”. “Dejar que otros países lideren la creación de conocimiento, nos expone a depender de exportaciones sin valor agregado, y a un modelo económico frágil que no puede ser resuelto por ningún grupo de economistas prestigiosos”, consideró.

En un mensaje con fuerte tono político, Manes sostuvo que “recorro el país hablando de esto hace varias décadas, antes de meterme en la política… y me metí en la política para hablar de esto, para involucrar a la ciencia, la tecnología y la innovación como motor del desarrollo argentino. Como radical, en un momento me enamoré del proyecto democrático, y hoy por el nuevo radicalismo –y celebro que me acompañen los radicales-, la ciencia, la innovación y la tecnología deben ser la nueva bandera como fue la democracia en los 80. Ese es el nuevo radicalismo; y ese es el radicalismo que va a ser resistente a los pregoneros de la decadencia. A los que creen solamente en las finanzas o el desarrollo económico per sé”.

“Y cuando hablamos de esto, muchos nos dicen que en la Argentina hay muchos problemas para hablar de ciencia, de innovación, de  tecnología… Y lamento informarles a los fundamentalistas de la coyuntura que esto no es así”, enfatizó.

El diputado Rubén Manzi señaló a su turno que “este plan fue elaborado desde el oficialismo; no se convocó en su elaboración a otras fuerzas políticas. Esto le quita potencia como política de Estado”. Criticó también que el plan “no atiende el principal objetivo que es la estabilidad económica para que la ciencia se desarrolle”.

“Este plan no evaluó a los planes anteriores; construimos un proyecto ambicioso, un palacio de marfil sin cimientos porque no tenemos un diagnóstico claro de lo preexistente”, siguió cuestionando.

Agregó que solo se hicieron dos reuniones informativas; una en marzo, con 18 expositores que tuvieron 5 minutos apenas para hablar, y la segunda en junio con 14 expositores. “La mayoría científicos de nota, con experiencia, que en muchos casos no pudo terminar su exposición por cuestiones de tiempo. Y ni qué hablar que fue imposible mantener un mínimo intercambio con los expositores”, lamentó.

Cerró el debate la diputada Mara Brawer, que consideró que “este debate se da en un contexto de revalorización de la política científica tecnológica de nuestro país, que empezó con la recuperación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que fue acompañada por este Congreso”.

“Este plan tiene la virtud de haber sido desarrollado en un trabajo colectivo”, aseguró, destacando la participación de las 24 jurisdicciones. En ese sentido destacó que “es la primera vez en la historia que un plan de ciencia recorre el país para generar consenso y que llega al Poder Legislativo para que salga con el apoyo de todos los bloques políticos, porque entendemos que la ciencia necesita de planificación. No hay ciencia si no hay largo plazo”.

Puntos principales del proyecto

A través de la iniciativa se aprueba el Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030 y se define que la autoridad de aplicación será el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, que coordinará las acciones necesarias para el cumplimiento de dicho plan con las jurisdicciones y entidades involucradas.

El Plan presenta los procesos centrales de su formulación e implementación en virtud de un conjunto de agendas agrupadas en cuatro clases, según ámbitos territoriales y temáticos de incumbencia: Agendas Estratégicas, Agendas Territoriales, Agendas Transversales y Agenda de Cambio Institucional.

El Plan desarrollará “Diez Desafíos Nacionales”, que serán políticas específicas de alcance nacional que expresan los temas estratégicos que requieren de conocimiento científico y tecnológico. Ellos son: erradicar la pobreza y reducir la desigualdad y la vulnerabilidad socioambiental; impulsar la bioeconomía y la biotecnología para incrementar la producción sostenible y alcanzar la soberanía alimentaria; y contribuir al diseño de políticas para fortalecer la democracia y ampliar los derechos ciudadanos.

También, los de construir una educación inclusiva y de calidad para el desarrollo nacional; lograr una salud accesible, equitativa y de calidad; desarrollar los sectores espaciales, aeronáutico, de las telecomunicaciones y de la industria para la defensa; y fortalecer la investigación marítima, la soberanía y el uso sostenible de los bienes del Mar Argentino.

Completan los desafíos, promover la industria informática y de las tecnologías de la información para la innovación productiva y la transformación digital; potenciar la transición al desarrollo sostenible; y fomentar y consolidar un sendero para la transición energética.

El Plan 2030 presenta Agendas Territoriales Integradoras de Ciencia, Tecnología e Innovación (ATI-CTI) para cada una de las 24 jurisdicciones, que expresan las prioridades y estrategias de intervención.

Las Agendas Transversales buscan consolidar la base científica y tecnológica para potenciar la capacidad de respuesta tanto a los Desafíos Nacionales como de las Agendas Territoriales. Estas se orientan a la promoción general del conocimiento, la aplicación de tecnologías a la investigación, desarrollo e innovación, la consideración de los aportes de las ciencias sociales y humanas, la promoción de una ciudadanía y cultura científica, la sostenibilidad y la incorporación de la perspectiva de género.

La Agenda de Cambio Institucional atiende a las modalidades de planificación referidas a la formación de recursos humanos, la gestión del conocimiento, la articulación multiactoral, la federalización y la internacionalización.

En cuanto a la inversión total en investigación y desarrollo, se proyecta que pasará del 0,52% del PBI en el año 2020 al 0,85% en el año 2025 y al 1,70% en el año 2030.