Excursión de un día en La Ràpita, memorables mejillones y puestas de sol

Al Delta del Ebro hay que ir y hay que volver. Una visita al canal derecho del río para conocer el Musclarium, la playa del Trabucador y puntos de observación ornitológica

Excursión de un día en La Ràpita, memorables mejillones y puestas de sol

El Ebro es el río más caudaloso de la península Ibérica. Cuando nace en Fontibre (Cantabria) es un mendigo, pero cuando llega al mar su majestad es infinita: a lo largo de 930 kilómetros sus aguas se han nutrido golosamente de toda clase de sedimentos. Al desembocar en el Mediterráneo, en el sur de Cataluña, esos materiales han propiciado la creación del Delta del Ebro (el mayor depósito aluvial de nuestro mar interior, después del Nilo). Se trata de una zona húmeda de más de 300 kilómetros cuadrados, rica en vegetación y en fauna, especialmente ornitológica. Este peculiar espacio, de importancia internacional y de una belleza serena y anticlimática, merece una visita. En 2013, la Unesco declaró las Terres de l’Ebre Reserva de la Biosfera. Si el viajero se decide por pasar unos días de tranquilidad y buenos alimentos este es, sin duda, su destino.

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