Francos estrenó el traje nuevo de jefe de Gabinete en el Senado y buscó diferenciarse de Posse

Visitó a la vice Villarruel y los jefes de bancada cercanos al oficialismo. Los gestos y las decisiones que deberá tomar sobre el proyecto de ley Bases para lograr un consenso hasta ahora lejano.

Francos estrenó el traje nuevo de jefe de Gabinete en el Senado y buscó diferenciarse de Posse

Guillermo Francos empezó su gestión como flamante jefe de Gabinete en uno de los terrenos donde más críticas hubo contra su antecesor, Nicolás Posse. Luego de reunir a todos los ministros y comenzar su nueva función, el exministro del Interior se fue hasta el Senado a realizar una reunión que, como insisten sus detractores, debería haber realizado Posse hace mucho tiempo.

Fue con los principales protagonistas de la negociación estancada de la Ley Bases y buscó mostrar que el oficialismo podría llegar a un dictamen esta semana. La foto contrasta con los reclamos de la oposición para introducir cambios, pero refleja que Francos, más allá de llegar al resultado esperado, quiere imprimirle la celeridad al trámite que espera el presidente Javier Milei. 

El flamante ministro coordinador cargará, de ahora en adelante, la doble función de cumplir con las misiones de la jefatura de Gabinete y, a la vez, no perder las riendas que mantuvo como titular de la cartera de Interior, que ahora será degradada al rango de secretaría y quedará en manos de quien fue viceministro, Lisandro Catalán. Desde ese rincón de la Casa Rosada pudo hilvanar la relación con los gobernadores y exhibir algunos avances en la negociación, incluso en los momentos más duros del trámite de la Ley Bases y del paquete fiscal. 

Foto: Prensa Diputados

Francos sabe que el escenario no viene fácil en el Senado. Que hay un estancamiento en los diálogos desde la semana pasada, y luego de 20 días de plenario de comisiones con sesiones informativas donde el oficialismo no pudo mostrar un solo avance. El escenario, hasta la semana pasada, incluía a Posse como parte de los problemas, especialmente desde que la vicepresidenta Victoria Villarruel nunca dejó de achacarle la ausencia que tuvo para defender el DNU 70/23 ante la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo, antes del 14 de marzo, cuando el decreto fue rechazado por el recinto del Senado. 

Lejos de remontar, la relación entre ambos se movió por la misma vía muerta. Hubo reuniones para coordinar cuando Diputados aprobó ambos textos, pero la jefatura de Gabinete nunca se puso al frente de la negociación desde la Casa Rosada. El resquemor se puede escuchar en los pasillos del Senado, pero ahora como epílogo de una salida del gabinete que hace tres meses nadie habría imaginado.

Francos conoce al detalle el terraplén de desaciertos que desgastaron a Posse y por eso se encargó de mostrar gestos que logren diferenciarlo de su antecesor. Salió de la Casa Rosada y se fue a mostrar junto a Villarruel, al elenco del gobierno que interviene en la negociación y a los jefes de casi todas las bancadas de la Cámara Alta, porque no estuvieron los representantes de los bloques de Unión por la Patria. 

Al menos por ahora, Francos parece que mantendrá al vicejefe de Gabinete, José Rolandi, que carga sobre sus espaldas casi toda la negociación en torno a los dos proyectos de ley. Lo acompañó la secretaria de Planeamiento Estratégico Normativo, María Ibarzabal Murphy. Por los anfitriones, además de Villarruel, estuvo el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, el titular del bloque oficialista Ezequiel Atauche y el secretario parlamentario Agustín Giustinian. 

Por los bloques de la oposición dialoguista estuvieron: Juan Carlos Romero (Cambio Federal), Carlos Arce (Frente Renovador de la Concordia de Misiones), Luis Juez (Frente PRO), Carlos Espínola (Unidad Federal) y Eduardo Vischi (UCR). 

Foto: Presidencia

El primer mensaje fue que la negociación pasará por él y por Villarruel, que está a cargo del Ejecutivo porque el presidente Javier Milei partió hacia los Estados Unidos, en su cuarto viaje, dentro de los siete que realizó desde que asumió. La señal no sólo va para los senadores sino también para los gobernadores, especialmente para aquellos que le han hecho saber de primera mano los desacuerdos que tienen con los dos proyectos de ley. 

El ministro coordinador sabe que todos los gobernadores patagónicos se oponen a la reimposición de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias y que tampoco bancan el paquete de privatizaciones como viene. No quieren vender el Correo Argentino ni Aerolíneas Argentinas y tampoco están de acuerdo con enajenar Radio Nacional. A eso se suman los cambios que reclaman el cordobesismo, con su única senadora, Alejandra Vigo, para negociar una nueva ley de biocombustibles o incluir cambios en el capítulo hidrocarburífero de la Ley Bases. 

A eso se suman los reparos al artículo 3 del giro de Diputados, porque no hay acuerdo en la oposición con la facultad para fusionar o cerrar organismos de la administración pública. Hubo una lista de organismos que quedarían afuera de esa facultad, pero hay senadores radicales y de Unidad Federal que quieren ampliar el listado al INTI y al Banco Nacional de Datos Genéticos, más en un momento donde el oficialismo busca debatir en Diputados un banco especial para los datos genéticos sobre delitos sexuales.

La UCR amaga con buscar una modificación que sume una mayoría especial de dos tercios para evitar que pueda ser cambiada en la Cámara Baja, cuando las dos normas vuelvan en segunda revisión. 

El Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones sigue siendo un punto de divergencias que sólo podrá superarse si el gobierno cede.  La semana pasada, cuando pasaron a un cuarto intermedio del plenario, Abdala anticipó que iban a hacer circular un dictamen con cambios. Es lo mismo que este martes dijo Francos cuando salió de la reunión en el Senado. 

«La reunión fue muy positiva, hay un clima para que avancen los consensos y firmar mañana», confió una alta fuente de la Casa Rosada sobre la reunión que encabezaron Francos y Villarruel. Desde la lectura del oficialismo, hay chances de sintetizar un dictamen que acepte buena parte de los cambios que reclaman los bloques que son determinantes para la aprobación en el recinto. Otros creen que saldrá, pero que llevará, al menos, una semana más por los cambios que el gobierno todavía no está dispuesto a aceptar.