La economía se adentra en lo desconocido tras un año de resistencia feroz a las subidas de tipos

Los expertos creen que la inflación seguirá desacelerándose, pero apuntan a un crecimiento anémico en medio de las turbulencias por la guerra y la competencia comercial

La economía se adentra en lo desconocido tras un año de resistencia feroz a las subidas de tipos

La economía lleva tres años sumida en una partida de pimpón. La pandemia dio el primer golpe, y al otro lado de la mesa gobiernos y bancos centrales replicaron con ingentes estímulos fiscales y monetarios. Hubo entonces cierta ilusión de victoria: la posibilidad de una nueva versión de los felices años veinte, en los que emulando lo sucedido tras las guerras mundiales se encadenara un largo periodo de prosperidad de la mano de la revolución tecnológica y las inyecciones públicas. Pero al otro lado de la red hubo una respuesta inesperada: el ejército de Putin cruzó a Ucrania por tierra, mar y aire. Llegaron las sanciones, el corte del suministro de gas, la energía cara y la inflación merodeando o superando el doble dígito. Tocaba, de nuevo, una intervención extraordinaria: los bancos centrales subieron los tipos de interés para contener las subidas de precios, y en las cancillerías cada país se palpó los ropajes y apuró sus márgenes de actuación mirando de reojo los niveles de déficit, deuda y la prima de riesgo. Había que mitigar, con descuentos en el combustible o rebajas de impuestos a los alimentos, la pérdida de poder adquisitivo de unos hogares exhaustos por el alza del coste de la vida en el supermercado, la gasolinera o la hipoteca.

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