La España rural no es negacionista, somos diversos

Algunos partidos políticos siguen avivando el duelo a garrotazos entre lo urbano y lo rural

La España rural no es negacionista, somos diversos
Una finca de regadío en la localidad sevillana de Camas.

“Las élites provocan la sequía para meter miedo y expulsar a las gentes del campo”. “Los ecologistas no dejan a los pastores trabajar, porque quieren bosques intactos, y luego todo arde”. Estos son algunos de los bulos que ciertos actores interesados en atribuirse en exclusiva la voz del campo difunden desde hace tiempo con la excusa de una supuesta defensa del medio rural. Parece que el negacionismo ha encontrado un nuevo nicho en el que colocar sus narrativas para amplificar el conflicto social. Es comprensible: los que vivimos y trabajamos en el medio rural acumulamos ya muchas crisis sobre nuestras espaldas. Toda la sociedad vive momentos de cambio e incertidumbre y las emociones están a flor de piel.

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