La maraña legal de las tragaperras

La legislación se encamina a poner coto al mundo de las apuestas, pero cada Gobierno autonómico va por libre en la intensidad de las restricciones

La maraña legal de las tragaperras

“Juegue. Avance. Uno, dos, tres. ¡Premio!”. El soniquete de las tragaperras se ha convertido en parte indisoluble de la banda sonora de los bares, restaurantes y cafeterías del país. Es posible, sin embargo, que cada vez sea más difícil escucharlo. La razón es que algunas comunidades autónomas, preocupadas por el coqueteo de los menores con el mundo de las apuestas, quieren poner coto al acceso a los juegos de azar en la hostelería. Baleares, por ejemplo, se ha marcado como objetivo para 2025 acallar los cantos de las 5.000 máquinas recreativas tipo B, las conocidas como tragaperras, que hay en sus islas. En modo durmiente, estas máquinas no podrán emitir sonidos, destellos luminosos, colores, ni ningún estímulo que atraiga a potenciales jugadores. En sustitución, mostrarán un mensaje sobre los peligros de la ludopatía.

Seguir leyendo

Mujeres y ‘marketing’

El uso de mujeres sexualizadas ha sido una técnica recurrente para atraer a los jugadores a las tragaperras. El reciente informe Panorámica sobre mujer y juego, del Observatorio Vasco del Juego, desvelaba, tras analizar más de 339 modelos de máquinas en la región, que más del 60% de los aparatos analizados proyectaban una imagen distorsionada e hipersexualizada de la mujer. Además de una táctica de dudosa ética, se trata de una técnica publicitaria prohibida. La normativa del País Vasco, sin ir más lejos, veta la homologación de máquinas tragaperras que promuevan contenidos “pornográficos o sexistas”. Con más o menos concreción, otros reglamentos recogen estipulaciones parecidas. Andalucía, por ejemplo, es de las más explícitas a la hora de prohibir los mensajes que menoscaben “la dignidad de las mujeres”.