Luca de Meo: “Hay que poner el esfuerzo donde se necesita. No tenemos recursos infinitos para hacer cada una de las cosas que pide Bruselas”

La industria europea del automóvil avisa sobre los riesgos de la excesiva regulación del sector en Europa. La patronal europea del automóvil pide “flexibilidad” para aplazar las nuevas normas de emisiones Euro 7

Luca de Meo: “Hay que poner el esfuerzo donde se necesita. No tenemos recursos infinitos para hacer cada una de las cosas que pide Bruselas”

En la agenda de la industria automovilística europea hay una fecha marcada a fuego: 2035, el año en que empezará el fin de los motores de combustión, con la entrada en vigor en la UE de la prohibición de la venta de modelos nuevos que emitan CO₂. Los gigantes del ramo han aceptado el reto lanzado por Bruselas y aseguran estar trabajando ya para completar una de las principales transiciones en materia de movilidad en más de un siglo. Pero los desafíos no empiezan ni acaban en 2035. En un horizonte mucho más inmediato, la Comisión Europea ha propuesto nuevas normas, Euro 7, para reducir las emisiones contaminantes de los vehículos que deberían entrar en vigor en julio de 2025 para los turismos y furgonetas nuevos y dos años después para los camiones y autobuses. Antes aún, está fijada la denominada regla de origen negociada en el marco del Brexit que establece que, a partir de 2024, el 45% de las partes del automóvil eléctrico debe originarse en el Reino Unido o la Unión Europea para adherirse al comercio sin aranceles.

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