Lula evalúa cambios en su gabinete para mejorar la relación con el Congreso y evitar problemas de gobernabilidad

El presidente brasileño impulsará una reforma profunda de su gabinete luego de las elecciones municipales de octubre. Los nombres que suenan.

Lula evalúa cambios en su gabinete para mejorar la relación con el Congreso y evitar problemas de gobernabilidad

 Lula está molesto como su gabinete. Considera que no hacen el esfuerzo suficiente para dialogar con el Congreso, que es hoy el principal sostén de gobernabilidad. 

El Partido de los Trabajadores y aliados no tienen mayoría propia para imponer su agenda legislativa y por eso debe hacer acuerdos con los partidos de centro que controlan la Cámara de Diputados.

Esto no es algo nuevo sino que es una dinámica con la que tuvo que lidiar Lula durante sus dos gobiernos anteriores y que terminó impleméntate el impeachment contra Dilma Rousseff. También hicieron valer su poder con Michel Temer y Jair Bolsonaro.

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En este tercer periodo de gobierno, Lula tiene que lidiar con el presidente de la Cámara de Diputados Arthur Lira que transita su segundo mandato y fue clave para el sostén de Bolsonaro. Ahora, el líder brasileño tejió una alianza durante el primer año y que le permitió aprobar la reforma tributaria pero el clima actual se tensó y hace varias semanas se cruzan dardos, lo que pone en riesgo dos leyes claves relacionadas con esa reforma y otras que han sido rechazadas. 

El fondo de este pelea esta relacionados con dos cuestiones. Uno de ellos es la carrera por la sucesión de Lira en la Cámara de Diputados que se realizará en febrero de 2025 y será clave para definir la correlación de fuerzas en los últimos dos años de mandato de Lula.

Lula ya decidió que el PT no presentará candidato propio pero puede operar a favor o en contra de los intereses de Lira. Si bien aún no hay nombres definidos para la disputa, el presidente de la Cámara de Diputados mantiene charlas con grupos pequeños y juega con los tiempos de los proyecto que el gobierno de Lula quiere tratar ahora.

El pasado 22 de abril Lula retó a su vicepresidente Geraldo Alckmin y al ministro de Hacienda Fernando Haddad a quienes instó a dialogar más con el Poder Legislativo.

Por eso, el líder brasileño evalúa mover algunas piezas. Una de ellas sería la salida del ministro de Relaciones Institucionales, Alexander Padilha, que es quien lleva el vínculo con el Congreso y viene de un fuego cruzado con Lira. 

El líder brasileño evalúa mover algunas piezas. Una de ellas sería la salida del ministro de Relaciones Institucionales, Alexander Padilha, que es quien lleva el vínculo con el Congreso y viene de un fuego cruzado con Lira.

Padilha quedó en el ojo de la tormenta después de tres agendas que marcaron la sesión de la semana pasada que generaron un fuerte retroceso para el gobierno: el fin de las excarcelaciones, un paquete de aduanas incluido por los partidarios de Bolsonaro en el avance presupuestario y el veto del bolsonarismo al dispositivo que criminalizaba "comunicación de masas engañosa".

Arthur Lira, presidente de la Cámara de Diputados.

En ese marco, el reordenamiento que se viene ubicaría a Padilha en el ministerio de Salud, cargo que ya ocupó con Dilma Rousseff. La duda es si su cargo es ocupado por otro cuadro del PT o quedara bajo la competencia de la Casa Civil (una suerte de jefatura de gabinete con más facultades) que hoy está bajo el mando de Rui Costa, otro de los funcionarios que podrían salir junto con Marcio Macedo, de la Secretaría General. 

La lista de salidas la completarían el ministerio de Desarrollo Social, Wellington Días, que sería reemplazado por Tereza Campello, quien ya se hizo cargo de área con Dilma.

La lista de salidas la completarían el ministerio de Desarrollo Social, Wellington Días, que sería reemplazado por Tereza Campello, quien ya se hizo cargo de área con Dilma

En efecto, Casa Civil, Secretaría General y Relaciones Institucionales son las áreas de diálogo con el Congreso y aliados partidarios que no están cumpliendo con los objetivos. En ese caso, los nombres que se barajan son la de la actual presidenta del partido, Gleisi Hoffmann o algún integrante de los partidos de centro.

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Entre las cosas que no funcionan está la alianza con Unión Brasil, una fuerza de centroderecha que tiene tres ministerios (Comunicaciones, Turismo y Desarrollo Reginoal) y sus diputados dicen no formar parte de la base oficialista. Lo más probable es que luego de las elecciones municipales de octubre, terminen eyectados. 

En el entorno de Lula dan por hecho estos cambios para fin de este año y lo toman como una forma de oxigenar el gobierno, la gestión y la relación con el Congreso con los nuevos presidentes de ambas cámaras que resulten votados en febrero de 2025).