Lula presiona a Maduro para que la Unión Europea sea observadora de las elecciones

El brasileño conversó con Maduro para revoque la decisión y se cumplan los acuerdos de Barbados. La negociación con Sánchez y Macron.

Lula presiona a Maduro para que la Unión Europea sea observadora de las elecciones

 Las elecciones en Venezuela que se realizarán el próximo 28 de julio es uno de los temas que desvela a Lula. Maduro viene de revocar la invitación a la Unión Europea para que sea observadora de los comicios y eso puso en tensión lo que puede ser la transparencia y el posterior reconocimiento internacional de un eventual nuevo mandato chavista. 

 En ese marco, el presidente brasileño conversó por teléfono con el venezolano para que se cumpla el acuerdo de Barbados. El gobierno brasileño dijo en un comunicado oficial habló de "la importancia de una amplia observación internacional en las elecciones presidenciales del próximo 28 de julio".

Maduro detona la relación con la UE y Venezuela se encamina a una elección sin observación internacional 

Lula también "manifestó su expectativa de que las sanciones en vigor contra Venezuela puedan ser levantadas, de modo de contribuir para que el proceso electoral pueda seguir adelante en un clima de confianza y entendimiento".

En el texto, reitera el apoyo brasileño a los Acuerdos de Barbados, que el año pasado sentaron las bases para unas elecciones transparentes y libres pero que, según la oposición venezolana, han sido violados. 

Lula también "manifestó su expectativa de que las sanciones en vigor contra Venezuela puedan ser levantadas, de modo de contribuir para que el proceso electoral pueda seguir adelante en un clima de confianza y entendimiento

Lula informó a Maduro sobre el interés de empresarios brasileños por volver a invertir y reactivar el comercio con Venezuela, y pidió fortalecer la cooperación para mejorar la protección de los indígenas Yanomami en la frontera común.

Para Brasil es clave que Venezuela entre en un sendero de normalidad y por eso trabaja para acercar posiciones con el sector europeo, sobre todo a través del español Pedro Sánchez y el francés Emmanuel Macron con quien ha cosechado excelentes vínculos. España es clave porque tiene al representante de la Política Exterior, Josep Borrell, que es quien podría destrabar el conflcito, algo que ahora resulta lejano.

Como reveló en exclusivo LPO, Lula se hartó de las maniobras de Maduro y empezó a escuchar a su ala diplomática que le sugiere tomar distancia de "un régimen que no se deja ayudar".

La gota que colmó el vaso fue la decisión del Consejo Nacional Electoral de no autorizar la candidatura de Corina Yoris, académica de 80 años propuesta por María Corina Machado para su reemplazo dentro de la Mesa de Unidad Democrática ante la inhabilitación impuesta por el régimen venezolano. 

Para Brasil es clave que Venezuela entre en un sendero de normalidad y por eso trabaja para acercar posiciones con el sector europeo, sobre todo a través del español Pedro Sánchez y el francés Emmanuel Macron con quien ha cosechado excelentes vínculos. España es clave porque tiene al representante de la Política Exterior, Josep Borrell, que es quien podría destrabar el conflcito, algo que ahora resulta lejano.

Esta situación llevó a una discusión fuerte entre Celso Amorim, asesor especial de Lula en Política Exterior, y la vice venezolana, Delcy Rodríguez en una de las misiones del brasileño a Caracas para evitar la escalada del conflicto con Guyana.

Sin embargo, Lula no puede con su genio y está dispuesto a seguir apelando a la política y a su capacidad de negociar para conversar con todos los sectores, incluida la oposición que ve con buenos ojos la medicación brasileña. 

"Maduro está en la encrucijada más difícil de toda su gestión"

Por el momento, las encuestas de la oposición agrupada bajo la candidatura de Edmundo González pero con María Corina Machado como gran electora muestra un escenario favorable para la Plataforma Unitaria pero con Maduro creciendo. 

En el chavismo confían en que la recuperación económica mediante una suerte de dolarización encubierta y la recuperación de la movilización social, sumado a las restricciones del voto en el exterior y un voto que no es obligatorio serán suficientes para lograr un nuevo mandato.