Más de 60.000 viajeros afectados por los cortes en las líneas de alta velocidad por el temporal

Adif restablece los corredores de Madrid-Andalucía y Mediterráneo, los más afectados por la dana este fin de semana. Los aeropuertos recuperan su normalidad

Más de 60.000 viajeros afectados por los cortes en las líneas de alta velocidad por el temporal

Más de 60.000 viajeros por ferrocarril se han visto afectados por las incidencias causadas por las precipitaciones debido a las fuertes lluvias causadas por la dana que afecta desde el domingo a la zona central de la Península, según cifras facilitadas a EL PAÍS por distintas fuentes del sector. Renfe no ha dado la cifra del número de afectados que no han podido viajar o lo han hecho con retraso, aunque ha asegurado que 50.000 clientes han solicitado desde el domingo cambiar su viaje por otra fecha o anularlo y solicitar el reembolso del billete. La compañía pública ha informado que “a pesar de las afectaciones, otros 60.000 viajeros han realizado su desplazamiento con normalidad”, según fuentes de la compañía. Iryo ha cifrado en 4.000 los pasajeros afectados entre retrasos y cancelaciones. Otras líneas convencionales y de Cercanías de Renfe también se han visto afectadas, viéndose implicados más de 6.000 pasajeros.

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Colas y confusión en Atocha

Viajeros esperando en la estación madrileña de Atocha.

La estación madrileña de Atocha ha sido en las últimas 24 horas escenario de un caos por los cientos de viajeros esperando a que sus trenes salieran tras ser suspendidos o retrasados por las fuertes lluvias de la dana que ha azotado a la Península en las últimas horas. En la mañana de este lunes, los trenes que iban rumbo a Málaga, Sevilla, Jaén y Córdoba tenían demoras de casi seis horas. Incluso había pasajeros esperando desde de la tarde del domingo, porque ya había afectaciones por el clima. También los viajeros con destino a Toledo, una de las provincias más golpeadas por la dana y donde han fallecido dos personas, que han sido  suspendidos.

En Atocha hay un barullo que no cesa. Los viajeros hablan por teléfono o por vídeo llamada en todos los idiomas, charlan en las filas, comen un bocadillo o cabecean sentados sobre sus maletas en los pasillos. Algunos han tenido que pasar la noche en la estación o han llegado en la madrugada.  Marta vino a Madrid el fin de semana y debía regresar el domingo en el tren de las 17.00 a Málaga. Trabaja en el mercado inmobiliario y este lunes tenía varias citas para tomar fotos a apartamentos. No llegó y aún duda si llegará. Anoche pagó 85 euros por una noche de hotel cerca a Atocha y madrugó este lunes para esperar desde las 7.00 para el tren de las 8.00 que le habían reprogramado. Pero el servicio no salió y, ahora, le han dado un nuevo boleto para el  de las 15.55. "Soy autónoma y he perdido el día de trabajo. Ha sido todo un caos, las demoras solo aumentan", dice Marta, sentada en el suelo de un pasillo.

A pocos metros de Marta están Ariadna García y Alejandro Altamirano, dos amigos que han viajado desde Valencia hasta la estación de Chamartín en Madrid. Han hecho escala para llegar a Atocha y, luego, tomar un Renfe hasta Toledo. Pero al detenerse frente a las pantallas han visto que todos los servicios estaban suspendidos. "No imaginábamos que iba a estar tan mal. Desde que tomamos el tren en Valencia hemos estado viendo las redes y la web de Renfe y solo hasta llegar aquí hemos visto que han suspendido los trenes", dice García. Altamirano agrega que están evaluando si merece la pena tomar un autobús en Plaza Elíptica: "Tampoco sabemos si es posible llegar por carretera. Vamos de turismo por cuatro días a Toledo y tememos perder las reservas de hotel".

Los empleados de las compañías de tren Renfe e Iryo hacen lo que pueden. "No te puedo decir al 100% si saldrá algún tren más tarde", le ha dicho una empleada de Atocha a Sophie Thompson, una turista australiana que también tenía boleto para el tren de las 13.40 a Toledo.

El turismo es uno de los sectores afectados tras las lluvias que han retrasados los servicios en la estación de Atocha. Un grupo de siete jóvenes turistas coreanos están atrapados en la estación desde la madrugada. No hablan español y apenas con un poco de inglés y el lenguaje de señas han conseguido formarse en la fila correcta. Es vital saber cuál es porque hay tres colas que serpentean por el hall principal. Dos son de la empresa Iryo, una para los pasajeros que desde este domingo no han podido viajar a Andalucía y otra para los afectados de este lunes. En esta última está Kyle, un joven californiano que lleva una semana en España y que este lunes iba rumbo a Sevilla. Confía en que cuando llegue al mostrador alguien hable inglés. "No hablo Español. Solo he visto que mi tren, que salía a las 9.00, ha salido con los avisos de "Suspendido" y luego "Retrasado". “No entiendo nada", explica. Iba a pasar solo un día en la capital andaluza y a las 11.00 ya llevaba dos horas en la fila.

La otra gran cola es la de Renfe, donde se forman los pasajeros que quieren un reembolso o una reubicación. Entre empleados y personal de seguridad dan indicaciones a los confundidos pasajeros. Una viajera, incluso, ha hecho las veces de logística: "Si eres de los de ayer, ve a esa fila", "¿Vas a Córdoba? Mejor quédate en esta", va diciendo. Una turista del Perú se forma con una bolsa húmeda en la mano: "Imagina estar de vacaciones y que te pase esto. Me he tenido que cambiar porque me he mojado de camino a la estación", comenta. Afuera, llueve. En Atocha, por la salida de Méndez Álvaro, una gotera ha formado un enorme charco. 

Una voz suena en el hall una y otra vez suena en el hall: "Disculpen las molestias". En un par de momentos, los empleados de Renfe han reunido a grupos de pasajeros que corren con sus maletas para ser reubicados en el próximo tren a Sevilla o a Málaga.

Los ánimos cambian con el pasar de las horas. Los rostros han pasado de la incertidumbre a la molestia, de la molestia la cansancio, y del cansancio a la resignación. Hay pasajeros sentados en las sillas de playa que llevaban a Málaga y otros que han improvisado una oficina: se sientan en el suelo y sobre las maletas ponen el ordenador para trabajar lo que puedan. Otros hacen amigos en la fila: "Son mis compis de tragedia", dice Ismael, que presenta a Samuel y a Alejandro, que llevan desde este domingo esperando un tren a Sevilla.