Milei copó los palcos con barras y se aseguró aplausos

Zago, Lemoine y Villaverde, entre los más enfáticos. Silencio del peronismo y la UCR y aplausos intermitentes del PRO. Expectativa entre los gobernadores.

Milei copó los palcos con barras y se aseguró aplausos

 Javier Milei movilizó del delirio a la solemnidad el ánimo de sus propios legisladores y los simpatizantes libertarios que colmaron los palcos. Los ataques al radicalismo, el peronismo y el sindicalismo llenaron de algarabía a sus seguidores pero el anuncio del Pacto de Mayo redundó en el asentimiento de los gobernadores presentes en el recinto, como el cordobés Martín Llaryora y el catamarqueño Raúl Jalil.

Al principio, el primer mandatario apuntó directamente contra el ex gobernador de Jujuy Gerardo Morales, al referirse a "una casta privilegiada que vive como si fueran monarcas". En ese instante, dijo que "un ex gobernador metió tras las rejas sin debido proceso a un ciudadano por 50 días meramente por el hecho de hablar mal de la corona en un chat privado", aludiendo al caso de quienes postearon en redes que la hija del ex mandatario no era suya sino fruto de una relación de su pareja con otro hombre.

En ese momento, reprochó al radicalismo "su silencio" ante el caso y arrancó los aplausos de su bloque en la Asamblea Legislativa. Con la excusa del bullicio, repitió la frase que quería enfatizar para criticar a la UCR: "eso sucedió ante el silencio cómplice de los que se dicen republicanos", remarcó.

Sus críticas a la política no suscitaban adhesión del cuerpo. Incluso en el bloque macrista retaceaban vítores y aplausos. "Yo aplaudo solo el 60 por ciento de lo que dice", le dijo a LPO un diputado PRO.

Ensimismado en la lectura veloz de su discurso de 40 páginas, el Presidente despertó el pico más alto del fervor en los palcos y las bancas cuando apuntó contra Roberto Baradel, el titular de Suteba. "Tiene miedo, la casta tiene miedo", fue el cántico que desató mientras anunciaba su ataque al sindicalismo.

Aunque algunas voces trataron de alzarse contra las barras libertarias, los jóvenes que copaban el recinto entonaron un clásico de los 80': "Milei, querido, el pueblo está contigo".

Desde ese momento de su exposición, el ánimo de sus seguidores se mantuvo en un estado de excitación casi permanente. Luego de que celebrara la quita de la pauta oficial, el cierre de la agencia de noticias Télam y los gastos en materia política, los aullidos dieron paso a la reivindicación de la motosierra con ritmo silabeado: "Mo - to - sie - rra, mo - to - sie - rra", agitaban.

Los legisladores kirchneristas se mantenían en sus bancas, sin retrucar los dichos del Jefe de Estado. Antes que arrancara la ceremonia, el diputado Leandro Santoro se asombraba de que todos se preguntaran qué haría Unión por la Patria si Milei los agredía. "Está naturalizado que nos va a atacar, es increíble", se quejaba.

Cuando estaba por terminar el acto, el Presidente adelantó que también promoverá la imposibilidad de que cualquier dirigente condenado por causas de corrupción en segunda instancia quedaría inhibido de ejercer cargos públicos o candidatearse. Ese punto habilitó un giro en las burlas de las gradas contra "la casta": "no aplaude, la casta no aplaude", cantaron los libertarios ante el silencio de los bloques del kirchnerismo y el radicalismo.