Netanyahu asume que tendrá que rendir cuentas tras la guerra por los fallos que permitieron el ataque de Hamás

El primer ministro israelí confirma que prepara una invasión y recuerda que solo el Gobierno decidirá cuándo. Biden niega presiones de EE UU para aplazar la operación. La negociación sobre los rehenes capturados por Hamás y el temor al estallido de un conflicto en la región frenan el avance militar sobre la Franja

Netanyahu asume que tendrá que rendir cuentas tras la guerra por los fallos que permitieron el ataque de Hamás

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha alertado este miércoles, en un mensaje televisado a la nación, de que Israel está preparando una invasión terrestre de Gaza, aunque sin concretar cuándo. Netanyahu ha asegurado que la decisión sobre cuál será el momento en el que las Fuerzas Armadas entren en la Franja la tomará el Gobierno. “El calendario de la operación militar la decidirá por consenso el gabinete de guerra”, ha concretado. A punto de cumplirse 20 días del estado de guerra con la milicia de Hamás, el ejército de Israel mantiene un imponente despliegue listo para la acción inmediata en la frontera de la Franja palestina, sin lanzar aún la anunciada invasión para erradicar al movimiento islamista que mató a 1.400 israelíes y secuestró a otros 220 en el 7 de octubre, en el ataque más letal sufrido por el Estado judío en sus 75 años de existencia. Netanyahu responde así a las informaciones sobre supuestas presiones de EE UU para que retrase la invasión terrestre de Gaza.

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Washington aumenta su despliegue militar en la región

Desde el estallido de la crisis en Oriente Próximo, Estados Unidos ha reforzado a marchas forzadas su despliegue militar, con la vista puesta en Irán. Sus motivos: servir de fuerza disuasoria para que Irán y las milicias que este régimen patrocina no intervengan en el conflicto y lo agraven o extiendan a otros países. Y proteger a las tropas que mantiene en la zona, que ya han detectado una escalada en los ataques de guerrillas proraníes contra sus posiciones.

El Pentágono ha contabilizado una docena de agresiones en Siria y en Irak desde el estallido de la crisis y reconoce su preocupación por la posibilidad de que esos incidentes sean cada vez más graves y numerosos.

“Mantenemos tropas en la región desde el 11-S para luchar contra el Estado Islámico y otros, (nuestra presencia) no tiene nada que ver con Israel. Mi advertencia a los ayatolás es que si siguen hostigando a nuestras tropas, contestaremos y ellos tendrán que estar preparados”, declaraba Biden en su intervención de este miércoles ante la prensa.

Washington trata de completar a toda prisa el despliegue de elementos de su avanzado sistema de defensa antiaérea THAAD —similar al que mantiene desplegado en Corea del Sur— y sistemas antimisiles Patriot. También ha enviado a la zona un grupo anfibio encabezado por el buque de guerra Bataan, un buque especializado en la detección de comunicaciones, y dos portaaviones. El Gerald Ford, el mayor del mundo de ese tipo, se encuentra en el Mediterráneo oriental, con la misión de disuadir a la milicia chií libanesa Hezbolá de abrir un segundo frente contra Israel. El Dwight Eisenhower se encuentra en ruta hacia el golfo Pérsico.

Además, el Departamento de Defensa ha puesto en estado de alerta para su posible despliegue en Oriente Próximo a más de 2.000 militares, que tendrían allí como misión el participar en operaciones de apoyo —no de combate— a las fuerzas israelíes. También ha reforzado su despliegue de aviones caza, incluidos F-16 y F-35.

En un discurso en el Consejo de Seguridad de la ONU, el secretario de Estado, Antony Blinken, advertía el martes: “Si Irán o sus aliados [en la región] atacan a personal de nuestro país, defenderemos a nuestra gente. Defenderemos nuestra seguridad de una forma rápida y enérgica”.