Paso a paso, cómo fue la «rosca de Recoleta» para destrabar la Ley ómnibus y llevarla el martes al recinto

Entre La Biela, el gomero histórico y el departamento de Quintana al 500 transcurrió el desfile de diputados de distintos bloques que buscó sortear el escándalo del dictamen en blanco. Los detalles de los cambios en el proyecto.

Paso a paso, cómo fue la «rosca de Recoleta» para destrabar la Ley ómnibus y llevarla el martes al recinto

Este cuarto jueves de enero, según los planes originales de la Casa Rosada, la Cámara de Diputados tendría que haber realizado su primera sesión del año. El presidente Javier Milei esperaba que se debatieran los dictámenes de mayoría y minoría que fueron firmados el martes por la madrugada en el plenario de las tres comisiones que tramitan el proyecto de Ley Ómnibus. Pero las previsiones entraron en crisis esa misma noche, cuando el panperonismo hizo una jugada que empujó al oficialismo a acelerar las firmas para evitar un naufragio inesperado. Después sobrevino el desorden, las urticantes versiones de dictámenes paralelos, los nervios al límite de algunas autoridades legislativas y dos reuniones en el barrio porteño de Recoleta con un grupo de protagonistas calificados. En esa rosca, alejada del Congreso, finalmente acordaron postergar la sesión hasta el martes próximo para evitar una estrepitoso revés contra el proyecto por errores estratégicos de la Casa Rosada y de La Libertad Avanza en la Cámara Baja. Hasta entonces continuarán las negociaciones que, al cierre de esta nota, habían sumado más cambios para meter cuando se active el recinto.

La decisión de no sesionar este jueves no se pactó en algún despacho del Congreso. Fue el resultado de dos reuniones que se concretaron al 500 de la Avenida Quintana. Una fue en el departamento que ocupa el secretario administrativo de la Cámara, Tomás Figueroa en esa misma cuadra. Es uno de los encargados de continuar con las negociaciones posteriores al plenario nocturno del martes, es decir, de re hilvanar las diferencias con la oposición dialoguista para introducirlas directamente durante el transcurso de la sesión.

A pesar de las sospechas, los dictámenes habían sido firmados ese martes por la noche. El de mayoría ya contaba con la rúbrica de los involucrados en la negociación. Salvo para los desconocedores del reglamento, los demás tenían muy claro que cualquier intento de cambiar lo firmado o de convocar a un nuevo plenario para enmendarlo podría derivar en un verdadero escándalo con implicancias penales. Alguno mucho peor que el papelón que se vivió ese martes por la noche entre las firmas a las apuradas, las negociaciones con interlocutores superpuestos del Gobierno y la poca capacidad de respuesta del oficialismo ante la la jugada que comandó el presidente del bloque de UxP, Germán Martínez, de retirar el dictamen opositor para dejar en evidencia que, sobre el filo, el oficialismo no contaba con las firmas suficientes para mantener el dictamen de mayoría.

Sólo fue un amague, pero alcanzó para que todo el archipiélago de opositores colaborativos apurara el tranco. Apretados por el temor del derrumbe inesperado, los integrantes de Hacemos Coalición Federal pusieron el gancho, todavía cuando estaban esperando ver plasmados en el texto  los reclamos de los gobernadores de la UCR y del PRO.

El dulce amague y la amarga pérdida del panperonismo

Si el panperonismo no les hubiera marcado la cancha a la una de la mañana de este martes, los impulsores del dictamen de mayoría habrían propuesto un cuarto intermedio para continuar con el plenario al dia siguiente y seguir cerrando las costuras abiertas. No podían porque habían pactado cerrar como fuera antes del paro del 24. Con ese límite tuvieron que juntar las rúbricas a las apuradas. Si UxP retiraba el dictamen y el oficialismo no llegaba con las firmas, todas las fragilidades se habrían profundizado. Fue una de cal y una de arena para el panperonismo, porque el amague vino acompañado por una fragmentación con la partida de los diputados tucumanos Gladys del Valle Medina, Agustín Fernández y Elia Fernández de Mansilla. Responden al gobernador peronista Osvaldo Jaldo y armaron el bloque «Independencia». Con esos votos el mandatario consiguió preservar los beneficios fiscales para la industria azucarera. Por ahora fueron tres firmas para el dictamen de mayoría, pero pueden ser mucho más que eso.

En el vértigo de las roscas a último momento quedó instalada la sospecha de una presunta irregularidad en la confección del dictamen de mayoría. Para revertir ese clima de sospecha, se desarrollaron las roscas en Recoleta. Una fue en el domicilio que le adjudican a Figueroa y la otra se desarrolló enfrente, dentro de uno de los salones que tiene el bar La Biela. En la primera estaban los representantes del PRO, que luego se cruzaron al bar, donde estaban los negociadores del radicalismo y de HCF, con Miguel Pichetto entre los presentes. Hubo un tercer rincón para la rosca en el gomero histórico ubicado frente al bar. En cada uno de esos lugares estuvo Menem, que escuchó las opiniones de cada grupo negociador. Los encuentros en el departamento y en el bar fueron casi en simultáneo e incluyeron un intento de comunicación telefónica entre Pichetto y Federico Sturzenegger. No prosperó porque el jefe de HCF cortó de inmediato y le devolvió el celular a quien osó abrir ese diálogo.

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«Las reuniones que mantuve en relación a la Ley Ómnibus se han realizado de manera pública, en el marco del bloque al que pertenezco y en el ámbito de la Cámara de Diputados. No tuve ni tendré ninguna reunión con el Sr. Sturzenegger porque no es funcionario de este gobierno», tuiteó el diputado este jueves para disipar las versiones sobre las roscas de Recoleta.

La rosca de Recoleta para llegar al jueves con menos heridos

Entre el gomero histórico, La Biela y la residencia de Figueroa deambularon figuras destacadas de los bloques que participan de la negociación. Algunos testigos confiaron presencias de todo pelaje. Por el PRO pudieron ver al titular del bloque, Cristian Ritondo junto a Diego Santilli y Silvia Lospenatto. La UCR también destacó a sus autoridades. Las fuentes consultadas mencionaron a Rodrigo De Loredo, titular del espacio, a su vice Karina Banfi y a algunas voces con peso técnico dentro del bloque, como el secretario parlamentario, el puntano Alejandro Cacace, que hasta diciembre fue diputado y la mendocina Pamela Verasay, que ya suma cuatro años como senadora nacional y una relación de confianza con el gobernador Alfredo Cornejo. Por HCF los consultados señalaron a Pichetto, Oscar Agost Carreño y a Nicolás Massot, aunque no hubo precisiones sobre la presencia de algún integrante de la Coalición Cívica.

Luego de escucharlos en los tres rincones de rosca, Menem cayó en la cuenta de las dificultades para sesionar el jueves y también en los obstáculos numéricos que el dictamen tiene por delante. De las 55 firmas que sustentan la mayoría, 34 son en disidencia y encierran un bumeran, porque si no hay negociación con esos firmantes podrían votar en contra durante la votación en particular o llegar a algo peor: poner en riesgo la votación en general y dejar sin quórum la sesión en algún momento de extrema fragilidad. El presidente de la Cámara Baja nunca estuvo sólo, sino flanqueado por el consultor Santiago Caputo, que sigue siendo la voz determinante de la negociación, por encima del ministro del Interior, Guillermo Francos. Hubo presencias intermitentes de Sturzenegger y de su enviado, Martín Fariña, que tabula cada una de las modificaciones en su computadora. Desde el martes por la noche los tiempos son otros: aunque quiera ya no puede meter mano en el dictamen, pero anota los flecos que se retomarán en el recinto, siempre y cuando la negociación llegue a buen puerto.

Los avances provisorios de este jueves, de regreso al Congreso

Los diálogos de Recoleta se llevaron adelante mientras una multitud colmaba la Plaza de los Dos Congresos durante el transcurso del paro nacional. Fueron la ventana que posibilitó las reuniones que este jueves se concretaron en el despacho de Menem. Como venía sucediendo desde la semana pasada, los encuentros fueron bloque por bloque. La reunión más larga fue con la UCR, que suma 170 críticas y cambios al proyecto. «Hubo más receptividad en las disidencias y las devoluciones que escuchamos fueron positivas», contó uno de los participantes de la reunión de este jueves. Esta vez estuvo el vicejefe de Gabinete José Rolandi y el omnipresente Fariña para reportarle a «Sturzze».

Uno de los participantes de esa mesa confió algunos detalles. Las diferencias con los gobernadores no aflojaron y mucho menos desde que el presidente dijo este jueves en la reunión de Gabinete que podría redoblar los castigos financieros si no acompañan el proyecto. «Los voy a dejar sin un peso», es la frase que le adjudican y que habría filtrado el ministro de Infraestructura Guillermo Ferraro. Desde esta noche quedó afuera del Gabinete como castigo por contar el contenido de la amenaza. Otras fuentes sostienen que las razones son más profundas. «Si fuera por ventilar detalles, también podría haber rodado la cabeza de «el titular de la cartera de Interior, Guillermo) Francos», espetó una fuente en la Casa Rosada. El ministro político también ha sido relegado de la negociación legislativa y ahora amplifica las advertencias del jefe del Palacio de Hacienda, Luis «Toto» Caputo. “Si no se aprueban todas las medidas económicas propuestas en la Ley Ómnibus, el ajuste será mayor», tuiteó el ministro y después tuvo un duro cruce con Pichetto.

Las últimas concesiones del Gobierno y los temas que sigen sin respuesta

Los mensajes que salieron de la Casa Rosada confirman el interés de presionar a los gobernadores por todos los medios. Fueron el áspero contexto de las negociaciones de este jueves, pero según remarcaron los testigos, los diálogos no se estancaron. Sigue el desacuerdo por el incremento de las retenciones agropecuarias e industriales, pero el Gobierno aceptó ampliar la lista de economías regionales que no pagarán retenciones. Hasta el martes había 35 productos exportables y se sumó el beneficio para la alfalfa, las especies y el tabaco.

Las emergencias y las facultades especiales siguieron en el menú. Se caen la previsional y la de salud y la lista se achica de nueve a siete cesiones de poderes por un año prorrogable a otro.

Sobre la derogación de la fórmula jubilatoria sigue en pie la inclusión de una actualización mensual en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC), pero no hay una respuesta sobre «el empalme» entre la fórmula anterior y la próxima, que dejaría a los jubilados sin un aumento luego de enero, febrero y marzo, los tres meses de mayor inflación del año. El reajuste vendría a partir de abril y es la mayor diferencia sobre ese punto. «No nos vamos a pasar de colaborativos», advirtió uno de los negociadores para advertir que no van a llevar una propuesta alternativa. O aceptan el cambio o se vota en contra.

Para el radicalismo hubo un avance sobre el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS. No habrá cambios para transferir al Tesoro los 22.000 millones de dólares en deuda pública que tiene el FGS. Son el 66% de la cartera que tiene, pero se quedaría con el 33% restante compuesto por 11.000 millones de dólares en activos de otras empresas y obligaciones no negociables. Sin embargo la mayor controversia sigue en torno a los fondos que envía el gobierno para compensar a las 13 cajas jubilatorias que no fueron transferidas a las provincias.

No hubo avances sobre los pedidos para dividir el paquete de privatizaciones. YPF sigue afuera pero no hay respuestas para el Banco Nación, Nucleoeléctrica Argentina y ARSAT, entre otras. En el capítulo de blanqueo el Gobierno aceptó coparticipar la recaudación del gravamen especial, pero siguen sin acuerdo para ponerle un tope a los aportes privados que pueden recibir los partidos políticos. La atención sigue puesta en la compensación que generará el nuevo impuesto a los ingresos personales, que implicará la reversión de la exención para la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias. Esa medida aprobada el año pasado, con el voto de Milei cuando era diputado, implicó una merma del 1% del PBI y revertirla podría devolver ese monto, que es coparticipable.

La ronda del jueves concluyó con el PRO. Cuando Ritondo salió del despacho de Menem, el bloque anunció: «Vamos a acompañar de manera responsable esta votación para que el gobierno cuente con las mejores herramientas normativas que le solicita al Poder Legislativo».

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Los intercambios habrían incluido otro round con HCF, pero sólo hubo un comunicado escueto que dejó todo en manos de la sesión del martes. «No vamos a acompañar aquellas medidas que consideramos perjudican a los jubilados, que necesitan ya mismo una recomposición mensual para no perder frente a la inflación, ni las que dañan a los sectores de la producción, que no soportan más aumentos de impuestos. Y defenderemos a la cultura y a nuestros recursos naturales», advirtió el texto. «Con ese espíritu llegaremos al debate en el recinto, que por otra parte pretendemos que sea de cara a la gente, con total honestidad y transparencia, para que no se terminen votando de madrugada y a escondidas de la sociedad cuestiones centrales para el futuro de la Argentina».