Una fractura con consecuencias institucionales

Por Diego Armesto. Un análisis de las repercusiones generadas por la decisión de un grupo de senadores de apartarse de la bancada oficialista del Senado.

Una fractura con consecuencias institucionales

El bloque oficialista del Senado se fracturó, cuatro legisladores tomaron la decisión de abandonar el interbloque Frente de Todos y sumarse de esta forma a la Senadora Alejandra Vigo (Hacemos por Córdoba) en una nueva bancada que se llamará Unidad Federal.

Una de las primeras consecuencias que se observan, es que Cristina Kirchner y, especialmente el peronismo pierden de manera definitiva el control de la Cámara alta, ya que desde  el 2019 el kirchnerismo mantuvo siempre la primer minoría del cuerpo, como también el peronismo lo hizo desde 1983 gobernó la Cámara alta.

Esta situación tiene consecuencias institucionales importantes, ya que al abandonar el interbloque (creado para obtener un sitial en el Consejo de la Magistratura), debemos saber que de los 35 miembros que poseía actualmente,  esta situación lleva en la actualidad que cuente con tan solo 31 senadores, lejos del número mágico del “quorum”.

Pero ahondando un poco más, en la actualidad el Frente Nacional y Popular posee 19 Senadores y, el bloque Unidad Ciudadana 12 integrantes, es decir, se configura una nueva realidad en el Senado Nacional, no sólo en referencia a la realidad política reinante, sino que además pone a la política frente a la disyuntiva de cumplir con el mandato de hacer respetar las reglas institucionales del cuerpo, en atención a la distribución de las autoridades del mismo.

En el comunicado, donde se formaliza la nueva bancada sus integrantes entienden que existe “la necesidad de construir una alternativa dentro del senado de la Nación que responda a las necesidades de nuestros territorios y que representen a los ciudadanos que nos eligieron por el voto popular” para continuar diciendo que “El actual contexto social, económico y político que atravesamos genera nuevas realidades y demandas. Por ello, tenemos la responsabilidad de debatir, trabajar, pensar nuevas estrategias y legislar en un espacio que aporte una mirada verdaderamente federal poniendo el foco en las problemáticas diarias que atraviesan nuestras provincias, entre ellas la pobreza y el hambre que castigan a nuestros pueblos”.

El Senado de la Nación en su Reglamento establece en su art. 55 que “dos o más senadores pueden organizarse en bloques de acuerdo a sus afinidades políticas. Cuando un partido político o una alianza electoral existente con anterioridad a la elección de los senadores tiene solo un representante en la Cámara, puede asimismo actuar como bloque”.

En este sentido, la dinámica política conlleva indefectiblemente a la aparición de nuevos bloques, pero a nuestro entender desvirtúan y rompen la relación representante-representado, estos movimiento afectan también el sistema institucional, por cuanto los partidos políticos, instituciones fundamental del sistema democrática (Art. 38 CN) son esenciales al momento de conformar los mismos y, esto, solo produce una nueva crisis, no solo en los bloques políticos desnaturalizan su función, sino que además profundiza y hacen mayor la crisis de representación.

El autor es abogado constitucionalista, profesor de Derecho Constitucional en la UBA.