De celebrar la junta de accionistas en un Mercedes a conquistar nuevos mercados: la paz familiar sienta muy bien a Gullón

El enfrentamiento ha dado paso a una estrategia basada en la diversificación, las exportaciones y la disciplina financiera

De celebrar la junta de accionistas en un Mercedes a conquistar nuevos mercados: la paz familiar sienta muy bien a Gullón

Con una producción de más de 200.000 toneladas de galletas, una facturación de 531 millones de euros, inversiones en los últimos años de más de 200 millones y una plantilla de casi 2.000 personas en Aguilar de Campoo (Palencia), Gullón es uno de los principales grupos galleteros de la Unión Europea. Su números en la actualidad muestran un grupo pujante, pero no hace mucho la compañía se asomó al precipicio aquejada del virus más letal para cualquier empresa familiar: la guerra entre los miembros del clan. Con 130 años de historia, la paz sienta bien a Gullón tras haber esquivado los problemas y las turbulencias que han acompañado a múltiples empresas en España cuando llega el momento de las sucesión. Y es que el relevo generacional y las disputas que éste conlleva, han acabado en muchas ocasiones con la venta de las compañías a la competencia o a grupos de inversores.

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