El gobierno, urgido por lograr dictamen, manda señales a los gobernadores ante una «oposición dialoguista» dispersa

Este lunes introdujo cambios en el texto, pero no terminaban de convencer a una parte de los negociadores. El anuncio del envío de un nuevo proyecto de Ganancias buscó convencer a los mandatarios provinciales.

El gobierno, urgido por lograr dictamen, manda señales a los gobernadores ante una «oposición dialoguista» dispersa

La Casa Rosada abrió y cerró el lunes con dos señales para intentar destrabar el tratamiento de la Ley Ómnibus. Si los movimientos rinden sus frutos, el oficialismo podrá realizar este martes un plenario de comisiones para llegar a un dictamen de mayoría que, al cierre de esta nota, no había sido convocado. Sigue en pie el plan de sesionar el jueves y para eso el Gobierno comenzó la jornada enviando una nueva versión del texto con una parte de las modificaciones que habían reclamado los bloques de la oposición dialoguista, aunque también con grandes diferencias que por momentos parecieron insalvables. Por la tarde, cuando todavía no concluía el análisis del nuevo borrador,  el Palacio de Hacienda accedió a compensar el reclamo de los gobernadores de Juntos por el Cambio y enviará un nuevo proyecto de ley de impuesto a los ingresos personales (nuevo nombre del Impuesto a las Ganancias) que tendrá un mínimo no imponible de 1,3 millones de pesos, aunque en Casa Rosada no descartaban llevarlo a 2,3 millones en el marco de la negociación.

El envío de la última versión negociable originó nuevas reuniones en cada uno de los bloques que participan de la negociación con el oficialismo. Tanto en el PRO, como en la UCR y en Hacemos Coalición Federal, no hubo una posición unánime y esas divergencias anticipan nuevamente un escenario de tres dictámenes.

En esas  tres fuerzas están distribuidos los restos del interbloque de Juntos por el Cambio, que hasta el año pasado fue el principal conglomerado opositor. Esa estructura no sigue firme en el Congreso. Su expresión actual es un archipiélago de voluntades legislativas dispersas con distintas identidades, salvo en las 10 provincias gobernadas por la UCR, el PRO y sus aliados. Los cinco mandatarios del radicalismo, junto a los dos macristas y sus tres aliados  marcaron la cancha de negociación desde la reunión que mantuvieron el domingo, donde acordaron negarse a ceder cualquier aumento de las retenciones. También volvieron a reclamar una compensación ante la pérdida de coparticipación y se negaron a aceptar la reversión del Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría. En su lugar reclamaron coparticipar el 70% del impuesto al cheque o distribuir entre las provincias el impuesto PAIS, que en este momento tiene una recaudación superior a la esperada.

Este tema no fue parte de las discusiones dentro de los bloques, pero fue uno de los puntos principales de la reunión virtual que mantuvieron por la noche los gobernadores de JxC con el ministro del Interior, Guillermo Francos y con el consultor Santiago Caputo, uno de los colaboradores más cercanos del presidente Javier Milei, que no tiene cargo en el Ejecutivo y juega un papel determinante en las negociaciones desde el miércoles pasado.

El diálogo virtual entre Francos, Caputo y los mandatarios de la oposición dialoguista jugó como una llave para destrabar la negociación con los bloques que formaron parte de JxC. Todo transcurrió con hermetismo, pero dentro de un escenario muy inestable. El tembladeral tiene una explicación y es uno de los factores que más incomoda al Gobierno: no hay una relación lineal entre lo que hará cada bloque y la decisión que finalmente adopten los gobernadores, apretados en última instancia por la discusión fiscal y la debilidad de sus propias finanzas.

En cada bloque se combinaron las discrepancias originadas por las lecturas del nuevo texto y la posición de los gobernadores. Dentro del PRO, conducido por Cristian Ritondo, no aflojaron las diferencias internas. Es el bloque más dispuesto a acompañar pero las discrepancias serán canalizadas sin que lleguen al rechazo. «La idea es acompañar con disidencias el dictamen de la mayoría junto a La Libertad Avanza», confiaron a Tiempo dentro del bloque amarillo, donde se preparan para un posible plenario de comisiones para este martes por la tarde, a partir de las 16 o las 17. Si se concreta esa posibilidad sería pocas horas antes del paro general del miércoles. «Quedará en el oficialismo si quieren seguir el miércoles o el jueves. Ellos definirán, pero nosotros acompañaremos», precisaron en el macrismo.

Distinto fue el clima que se respiró en el radicalismo. En el bloque que conduce Rodrigo De Loredo asomaron discrepancias mas determinantes. En la reunión de este lunes una gran parte del espacio de 34 voluntades se mostró dispuesta a no acompañar el dictamen del oficialismo y avanzar con uno compartido con Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal, donde conviven rionegrinos, misioneros y salteños que responden a sus gobernadores.

La mayoría de la UCR no esta satisfecha con la última devolución del Gobierno y por eso hubo  incomodidad con la posibilidad de firmar «en disidencia parcial» el dictamen que respaldará el PRO y LLA. En ese grupo señalan que hay «más de 140 artículos donde el radicalismo no tiene nada en común con el dictamen de LLA».

No es la única posición en el radicalismo. Del otro lado hay negociadores de la UCR que siguen pensando en llegar a un acuerdo con el Gobierno y quizás estuvieron en la noche esperando el resultado de la mesa virtual entre los gobernadores, Francos y Caputo. Si prospera esa posibilidad, podría crecer la alternartiva de que se sumen a firmar una disidencia parcial junto al PRO. Entre un sector y el otro del radicalismo hay una coincidencia: todos están dispuestos a dar cuórum pero ante todo quieren que los cinco gobernadores radicales y el Comité Nacional, que conduce Martín Lousteau, estén de acuerdo.

La foto interna del bloque radical confirma que podría registrarse una nueva división que evoluciona en estado latente. El imán es la decisión de HCF de seguir con el dictamen preventivo que vienen redactando para plasmar los desacuerdos que se registran desde la semana pasada por el aumento de retenciones, la fórmula de actualización de jubilaciones y el paquete de privatizaciones. De esos tres puntos hubo dos que no fueron contemplados por el último borrador. Poco después de las 22, mientras seguían los contactos silenciosos para agilizar la negociación, todavía no había una convocatoria concreta para realizar el plenario este martes.