Renunció el intendente radical de Melincué agobiado por las deudas que generó su gestión
Silvio Garbolino dimitió a un mes de comenzar un nuevo mandato. En la comuna calculan deudas por más de $500 millones y apuntan a la mala administración.
La comuna de Melincué, al sur de la provincia de Santa Fe, casi al límite con provincia de Buenos Aires, fue un centro turístico por décadas debido a la majestuosa laguna de mismo nombre donde habitan flamencos, patos y con un paisaje de ensueño protegido como humedal por su riqueza.
Para reactivar el turismo, en 2007 se inauguró el primer hotel casino de Santa Fe que volvió a poner a Melincué entre los destinos para escapadas de fines de semana largos. Sin embargo, para su jefe comunal, el radical Silvio Garbolino, las cosas se complicaron.
Según contaron fuentes locales, Garbolino hizo una campaña muy costosa para el tamaño de Melincué donde regaló electrodomésticos como heladeras, cocinas, microondas, entre otras cosas.
Durante el año electoral, el intendente no desaprovechó oportunidad para organizar grandes eventos los fines de semana cuando la ciudad explota de turistas y la inversión le dio resultado: El mandatario que respondía al armado del gobernador Maximiliano Pullaro, reeligió con 1050 votos imponiéndose a Adrián Guida de Unidad Popular que no superó los 350 votos.
Lo cierto es que todos esos gastos complicaron las finanzas de la comuna que, extraoficialmente, calculan que supera los 500 millones de pesos: "robar, no robó, pero hizo una administración horrible", repiten en Melincué.
Según la misma fuente, ahora la comuna le debe plata al casino, a los bancos y hasta a usureros, al punto tal que Garbolino pidió licencia a los 20 días de comenzado el nuevo mandato, acosado por las deudas para luego renunciar y ser reemplazado por su segunda, Yamila Gallisso.
