La reforma laboral de Temer en Brasil, el antecedente que tomó Milei para el decreto

Michel Temer impulso una reforma muy similar en 2016 tras la destitución de Dilma Rousseff. Similitudes y efectos en la economía.

La reforma laboral de Temer en Brasil, el antecedente que tomó Milei para el decreto

Los cambios laborales que aparecen el DNU de Javier Milei buscan un giro de 180 grados en relación a las legislación vigente. El decreto oficial tiene como objetivo principal achicar el costo laboral de las empresas. Y uno de los puntos clave para lograrlo es la reducción de la indemnización por despido, en línea con los históricos pedidos de las principales cámaras patronales. 

Ademas, el gobierno impone la creación de "un fondo de cese laboral" para cubrir las indemnizaciones por despido a partir de un aporte mensual que debería hacer el empleador preventivamente, tomando el modelo de la UOCRA.

También impone fuertes límites al ejercicio del derecho de huelga. Se exige una cobertura mínima del 75% los servicios esenciales, entre los cuales se incluye la educación hasta el nivel secundario.

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A su vez, se le otorgan amplias facultades a los empleadores para despedir con causa a trabajadores que participan en medidas de fuerza. Por ejemplo si afectan la libertad de trabajo de quienes no adhieran a la medida de fuerza, mediante actos, hechos, intimidaciones o amenazas.

Pero al margen de las discusiones históricas que hay en la materia, hay un antecedente reciente en Brasil. Cuando Michel Temer asumió la presidencia de Brasil tras la destitución de Dilma Rousseff en 2016, su gobierno encaró tres reformas claves para su gestión: el techo de gasto público, la ley de Participación Pública-Privada y la reforma laboral. 

Esta última fue aprobada por el Congreso y tomó por sorpresa a las centrales sindicales de Brasil que no amagaron ni a hacer un paro general. 

La reforma brasileña es absolutamente regresiva y establece acuerdos por sector, empresa e individuales y los contratos privados pasan a ser más importantes que las convenciones colectivas. 

La reforma brasileña es absolutamente regresiva y establece acuerdos por sector, empresa e individuales tienen preeminencia sobre la legislación vigente y los contratos privados pasan a ser más importantes que las convenciones colectivas

 Los contratos privados pasan a ser más importantes que las convenciones colectivas, las vacaciones se dividen hasta en tres periodos y podrá haber jornadas laborales de hasta 12 horas (aunque luego con 36 horas de descanso) sin superar las 44 horas semanales del límite establecido, autoriza la "jornada intermitente", con el pago de salarios sobre una base horaria o por jornada, y no mensual con contratos parciales de hasta 30 horas semanales o 26 horas y 6 horas extras.

También amplía las posibilidades de tercerizar tareas, incluso la principal de la empresa, la patronal podrá negociar las condiciones de trabajo por una comisión no sindical de representantes de los trabajadores, se permite que las embarazadas trabajen en ambientes no del todo salubres si presentan un certificado médico que asegure que no hay riesgo para ella o el feto y flexibiliza las condiciones de despido. El monto de las indemnizaciones no estará atado por el salario del trabajador y el preaviso baja de 30 a 15 días.

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El abogado, analista internacional y especialista en Brasil, Martín Schapiro, explicó a LPO que "creo que lo más importante, más allá de las medidas puntuales, en la comparación con el caso brasileño, es el sentido de las reformas, que es facilitar las cosas a los empleadores a costa tanto de algunas protecciones al trabajador, como de cuestiones vinculadas a la fortaleza de los sindicatos  como ultraactividad en la negociación colectiva". 

"La convicción de que aumentar el poder relativo del empleador y quitar protecciones crea empleo formal", agregó. 

Es bastante difícil evaluar los resultados de las reformas aisladamente de los resultados macroeconómicos. Está claro, sí, que no son un factor mayor que explique la creación de empleo en Brasil, que ha seguido bastante linealmente a los ciclos económicos. En todo caso, la reforma aumenta el carácter procíclico del nivel de empleo, pero no de manera muy significativa

Sobre los resultados de al reforma Schapiro sostiene que "es bastante difícil evaluar los resultados de las reformas aisladamente de los resultados macroeconómicos. Está claro, sí, que no son un factor mayor que explique la creación de empleo en Brasil, que ha seguido bastante linealmente a los ciclos económicos. En todo caso, la reforma aumenta el carácter procíclico del nivel de empleo, pero no de manera muy significativa".

 "Creo que es un error, dada la situación de la macroeconomía argentina, homologarla demasiado con otro país de la región. Dicho esto, creo que a nivel regional, se está probando muy difícil avanzar con reformas sustanciales. Excepto Lula con la reforma tributaria, muy consensuada, Chile, Ecuador, Colombia, han tenido muy serias dificultades", concluye.