Lula acumula derrotas políticas que debilitan su liderazgo regional

La caída del acuerdo con la Unión Europea y la tensión entre Venezuela con Guyana golpean al brasileño. Los consejos de Itamaraty que Lula empieza a escuchar.

Lula acumula derrotas políticas que debilitan su liderazgo regional

 Noviembre fue un mes para el olvido en lo que respecta a la política internacional de Lula. El fracaso del acuerdo de la Unión Europea con Mercosur significa una derrota política para el líder brasileño que puso todo el esfuerzo en estos 6 meses para lograr la firma de todas las partes y coronarlo con una foto en territorio brasileño. 

En Brasil se encargan de decir que "seguirán negociando con los europeos" pero Lula empezó a tomar nota de algunas sugerencias de la diplomacia brasileña que le pide gradualismo a la hora de ponerle el cuerpo a este tipo de desafíos y delegue para evitar que todo sea un pleno contra su capacidad de incidir en diversos temas. 

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Es por eso que la primera aparición pública tras el fracaso del acuerdo con Bruselas fue la del vicepresidente y ministro de Comercio Exterior, Geraldo Alckmin, en una comunicación pública con el responsable europeo de Comercio,  Vladis Dombrovskis. 

En este caso, Lula tiene que hacer equilibrar en una interna muy fuerte entre el universo diplomático brasileño (Itamaraty) y el principal asesor presidencial para Política Exterior, Celso Amorim, que oficia de Canciller bis. "Perdió todo lo que jugó", afirma con sorna una fuente diplomática que empuja para que Lula se recueste más en Itamaraty.  

Lula tiene que hacer equilibrar en una interna muy fuerte entre el universo diplomático brasileño (Itamaraty) y el principal asesor presidencial para Política Exterior, Celso Amorim, que oficia de Canciller bis. "Perdió todo lo que jugó", afirma con sorna una fuente diplomática que empuja para que Lula se recueste más en Itamaraty

Los partidos perdidos de Amorim son las mediaciones fallidas, primero con Vladimir Putin para evitar que estalle la guerra contra Ucrania y la última y más reciente con el referéndum impulsado por Nicolás Maduro para anexarse dos tercios del territorio de Guyana. También fue el que no logró articular el encuentro entre Lula y Cristina durante la cumbre de Celac de enero de este año en Buenos Aires.

Como reveló LPO en exclusivo, el ex canciller de Brasil viajó a Caracas para convencer a Maduro de suspender el referéndum y evitar una escalada que podría terminar con una guerra en el corazón de Sudamérica. Las sugerencias no fueron escuchadas y el venezolano no solo avanzó con el referéndum sino que armó una división de la petrolera estatal PDVSA para conceder "de inmediato" licencias operativas para la exploración y explotación de petróleo, gas y minas en el territorio de casi 160.000 kilómetros cuadrados en disputa con Guyana.

Brasil movilizó tropas a la frontera para evitar un eventual enfrentamiento y en el entorno de Lula empiezan a reconocer que "Venezuela es una batalla perdida que le hace muy mal a la izquierda latinoamericana". "Por suerte tenemos un Ejército fuerte para blindar la frontera ", razonó esta fuente ante una posible guerra. 

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De esta forma, con una gestión sin resultados en el marco del Mercosur y una mediación fallida, Lula recalibra su política exterior. "Tal vez sea momento de pensar más en la posición global de Brasil en materia económica y dejar a un lado esta idea de querer mediar en todo los conflictos que existen. Lula por su perfil y la dimensión de Brasil será recibido por todos, siempre", concluye la fuente.

Esto se confirma cuando se observa que Brasil presidió el Consejo de Seguridad de ONU en 2023, presidirá el G20 en Río de Janeiro en 2024 y la Cumbre del Clima (COP29) en Belén en 2025. Lula visitó 24 países y estuvo 62 días fuera de Brasil en 2023 y eso seguirá siendo de esa manera. El debate gira en torno a qué y cómo regular en materia de intervención política y mediación.