Preocupación en el entorno de Lula por el fracaso de la movilización del 1 de mayo en plena contraofensiva del bolsonarismo

El presidente de Brasil sumó menos de 2000 personas y culpó al Secretario General de la Presidencia.

Preocupación en el entorno de Lula por el fracaso de la movilización del 1 de mayo en plena contraofensiva del bolsonarismo

 Lula depositó muchas expectativas en el acto del Día del Trabajador en San Pablo y el fracaso fue monumental. Poco más de 2000 personas se movilizaron y generaron la furia del presidente brasileño que se encargó de culpar en vivo al Secretario General de la Presidencia, Marcio Macedo. 

La postal, divulgada por las redes sociales, fue un gesto de debilidad en medio de la contraofensiva bolsonarista que viene de realizar dos actos masivos en San Pablo y Río de Janeiro y suele ostentar de eventos multitudinarios en otras regiones del país.

La pérdida de capacidad de movilización no es algo nuevo. El Partido de los Trabajadores, la Central Única de los Trabajadores y los diferentes movimientos sociales hace tiempo que perdieron en ese terreno con el bolsonarismo.  

La contraofesiva de Bolsonaro

De hecho, durante la campaña electoral de 2022 fue notoria la diferencia con la excepción del día de la victoria de Lula donde habló ante una multitud en la avenida paulista. 

"Lula es una cosa, las estructuras son otras", explica una fuente cercana al líder brasileño que reconoce que lo que representa el presidente es enormemente superior a lo que pueden movilizar las estructuras. 

La pérdida de capacidad de movilización no es algo nuevo. El Partido de los Trabajadores, la Central Única de los Trabajadores y los diferentes movimientos sociales hace tiempo que perdieron en ese terreno con el bolsonarismo.

Esto es así por varias razones. La poca cultura de movilización de Brasil, la burocratización de los espacios que supieron ser fuertes en la década de los 80 y el auge de la ultraderecha como fenómeno social.

Si bien los números de la gestión muestran señales positiva, Lula viene protagonizando una serie de tensiones políticas con el Congreso que pone en riesgo la aprobación de leyes claves. 

En este contexto, en las usinas del PT miran con preocupación el horizonte de cara a las presidenciales de 2026 por considerarlo muy dependiente de la buena gestión de gobierno y, al menos por ahora, a una nueva candidatura de Lula.