El agujero de gusano que cambió los ejes de una novela
Un día de primavera de 1985, Carl Sagan telefoneó a su colega Kip Thorne a su despacho en el laboratorio Norman Bridge de Caltech con el fin de documentarse para la novela que estaba escribiendo

La relación entre la ciencia y la literatura resulta tan estrecha como la de una ventana con el cuadro que la tapa. Sólo hay que descolgar el cuadro para darse cuenta de que lo ofrecido por la ventana resulta menos interesante que el cuadro.