Democracia no te abandono

Por Carlos Lionel Traboulsi. El abogado señala que “la idea de fraude termina desacreditando el sistema de votación” y agrega que “el próximo domingo hay que votar con confianza en el sistema más allá del resultado”.

Democracia no te abandono

El próximo domingo los argentinos vamos a las urnas para definir el próximo presidente para los cuatro años de gestión que comienzan el 10 de diciembre de 2023. 

Es muy importante elegir presidente, pero más importante es defender el sistema democrático que hemos sabido conseguir en 1983.  La democracia se debe cuidar día a día y se aprende viviendo en democracia, no sirven los libros para ello, no es una cuestión meramente doctrinaria.  Hay que sentirla, defenderla, vivirla e incluso sufrirla. 

Lo primero en democracia es respetar y cuidar el proceso electoral ya que de allí surgen nuestros representantes.  La argentina tiene un proceso electoral que tiene uno de los estándares de seguridad más alto del mundo, siendo muy dificil el fraude ya que en la cadena de controles intervienen muchas personas, y para que el fraude sea posible se requiere una asociación ilícita de imposible constitución en la práctica, ya que tendrían que estar involucrados, los partidos políticos, autoridades de mesa, fiscales de mesa, fiscales generales, personal de correo, personal informático, personal de seguridad, personal judicial, jueces, etc.   

Por esta razón los ciudadanos y los partidos políticos en especial, tenemos la obligación de fortalecer el sistema impidiendo la instalación de las sospechas de fraude en el proceso electoral.  Si hay alguna sospecha o algún acto de corrupción concreto hay que denunciarlo y la Justicia deberá aplicar todo el peso de la ley, pero si ello no es así no se puede usar la difamación y la circulación de versiones sobre maniobras electorales ilegales, más con los medios tecnológicos con los que contamos en el siglo XXI que retrata la realidad y viraliza en forma inmediata.  La idea de fraude termina desacreditando el sistema de votación.  Si el sistema es corrupto se desprecia a la “polìtica”; se desmerece a la “justicia” y se minimiza la obligatoriedad del “voto”.  Ese es un combo perfecto para no participar y desmovilizar al ciudadano, consiguiendo como resultado el debilitamiento de la democracia.

No se puede desacreditar las instituciones de la democracia con fines electoralistas.  Ante el delito hay que actuar porque esa la actitud de un auténtico demócrata que piensa y actúa por el bien común. 

El sistema electoral es la base de la legitimidad de un gobierno democrático y si afectamos ese origen estamos hiriendo gravemente a la democracia y a nosotros mismos.  Como ciudadanos somos todos responsables.  El próximo domingo a votar con confianza en el sistema más allá del resultado.