China se asoma al final de su milagro económico ahogada por el ladrillo y la deuda

Los malos datos de exportaciones, la débil demanda interna y el riesgo de deflación colocan la crisis del gigante asiático en el epicentro de las miradas

China se asoma al final de su milagro económico ahogada por el ladrillo y la deuda

“Por razones que nunca he entendido, a la gente le gusta oír que el mundo se está yendo al garete”. Si hay un país al que puede aplicarse de forma individual la frase de la economista e historiadora estadounidense Deirdre McCloskey, ese es China. Basta una mirada a la hemeroteca para comprobar que ha sido objetivo habitual de los profetas del apocalipsis: el fin de su largo periodo de bonanza económica —con el paréntesis de la covid— se ha pronosticado tantas veces de forma prematura que cada nuevo augurio suena a alarmismo gratuito. Pero un verano plagado de malas noticias, con una importante caída de sus exportaciones, amenaza de deflación y crisis inmobiliaria, unido a problemas estructurales como la elevada deuda o el galopante envejecimiento de la población —la India le ha arrebatado el trono demográfico este año, y la edad media no para de escalar, con los mayores de 65 años duplicándose del 7% al 14% del total desde el año 2000—, lo que reduce la fuerza laboral disponible, encareciéndola, ha devuelto a un primer plano el debate. ¿Y si esta vez es cierto que el milagro chino se aproxima a su final?

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