Chips: virutas de oro de la guerra tecnológica
El cambio de coyuntura económica ralentiza buena parte de las 400 fábricas de semiconductores que se proyectan en el mundo


En español un chip es una viruta, una lámina fina; en inglés de EE UU describe una patata frita y en el lenguaje del dinero describe un inmenso y creciente negocio. Viruta también significa dinero. La viruta tecnológica, en el caso de España, supone 12.250 millones de inversión pública hasta 2027 en forma de Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) sobre microchips y semiconductores. Es un mercado de altura. En 2022 movió medio billón de euros, según el informe de KPMG Managing for Growth during an unprecedented semiconductor cycle. Alberto Hijosa, socio de Bain & Company apunta al corazón del negocio: “Montar una fábrica de chips ronda los 20.000 millones de euros”. Por tener una referencia: el Estado inyectó 22.424 millones de euros en la operación de salvamento de Bankia.