Di Giacomo la emprendió contra quienes promueven la legalización del consumo

El rionegrino Luis Di Giacomo presidió en su momento la Comisión de Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico de la Cámara baja, y atento a ese expertise en la materia. Así habló durante el debate del proyecto sobre fortalecimiento de la justicia penal federal de Santa Fe, donde se refirió a lo que consideró como “rimbombante” manera de referirse a la lucha contra el narcotráfico. “Combate”, “guerra”, son los términos utilizados y, según sus palabras, “si analizamos el paso del tiempo, más se consume en el mundo”.

Es más, dijo, el problema se ha ido complejizando, con nuevas drogas, sintéticas. “Evidentemente este combate, esta guerra, ha sido un fracaso”, sintetizó, advirtiendo que frente a eso “surge la voz de los legalizadores, que suponen ilusoriamente que una vez que legalicemos, se acaba el narcotráfico”.

Para Di Giacomo, “la experiencia de alguna forma de legalización es que en los países que han dado ese paso, lo que se multiplica instantáneamente es la cantidad de consumidores. El narco siempre lleva las de ganar, porque no tiene (que lidiar con) la cuestión del control de calidad, la cuestión impositiva; no tiene ninguna regulación, por lo tanto ofrece siempre drogas mucho más fuertes y más baratas, que le otorgan más ganancias. Por lo tanto, la fantasía legalizadora empeora la situación”.

El diputado rionegrino destacó que estaban analizando la situación en Santa Fe, pero se preguntó qué hacer en Córdoba, el Gran Buenos Aires, los sectores fronterizos y la Patagonia… “Y podría mencionar a todo el país, que está siendo lentamente inundado por toda esta problemática -agregó-. ¿Cómo continúa esto? Mientras no haya estudios epidemiológicos que nos puedan ir mostrando quién consume, qué consume, dónde se consume, nada de esto se está haciendo… Lo que se hace es sarasa”.

Reclamó finalmente “limitaciones a la propagandización del consumo indiscriminado de alcohol, de fármacos”, como así también “una concientización sobre la marihuana, ahora planta sagrada que nos va a dar decenas de miles de puestos de trabajo”.

“Mientras el sindicalismo, el deporte, sigan ligados a barrabravas, narcos, punteros de esos sectores, mientras en las cárceles no haya inhibidores, mientras no ataquemos el lucrativo negocio en todo sentido, seguramente es poco lo que hagamos. Este es un paso adelante, esperemos continuar dando más pasos”, concluyó, lamentando que “lo que se hace es cada vez menos”.