La nueva vida de la política industrial

Alemania multiplica por dos las ayudas al sector, gastando cuatro veces más que España

La nueva vida de la política industrial

Tras haber estado denostada, la política industrial está operando su gran retorno en la agenda pública. El desafío es mayúsculo para Europa, cuya estrategia se ha basado en el multilateralismo y la libre competencia dentro del mercado único. Un mantra que ha empezado a resquebrajarse con la relajación de la normativa europea de ayudas públicas. En 2022, el Gobierno alemán aprovechó esa ventana de oportunidad para dedicar nada menos que 163.000 millones de euros a subvenciones y transferencias de capital —en buena parte a su aparato industrial—, más del doble que antes de la pandemia, y cuatro veces más que España.

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Comercio exterior

Se mantiene la buena racha del comercio exterior. En el periodo que va de enero a mayo, la balanza comercial (diferencia entre exportaciones e importaciones de bienes) redujo su déficit hasta 14.800 millones, casi la mitad que un año antes. El déficit se explica sobre todo por las compras de productos energéticos a países terceros. Los intercambios con países de la UE, sin embargo, arrojan un superávit, que contrasta con el déficit intracomunitario de Alemania, Francia e Italia. ­Además, ese superávit no para de crecer (8.600 millones este año frente a 6.999 en el pasado ejercicio).