Schiaretti se atribuye el triunfo de Milei en Córdoba y quiere ser el nexo con las provincias

El gobernador fue de los críticos más acérrimos de Massa. La provincia rompió la fórmula del fernet.

Schiaretti se atribuye el triunfo de Milei en Córdoba y quiere ser el nexo con las provincias

"¿Alguien se acuerda de alguna obra que hayan prometido los gobiernos kirchneristas y se haya concretado?" las palabras del gobernador cordobés Juan Schiaretti el viernes pasado en el norte provincial y al filo de la veda, todavía retumban en el massismo. Una vez más, y al igual que en el ballotage 2015, la sociedad entre el cordobés y el expresidente Mauricio Macri volvió a funcionar como dique de contención del voto PJ en Córdoba.

Y de la misma manera que hace ocho años, Schiaretti -en aquel momento con José Manuel de la Sota en la misma línea- volvió a acomodar al peronismo provincial detrás de la candidatura opositora al PJ Nacional. En 2015 para Macri, a quien también le aportó gobernabilidad con funcionarios en el Ejecutivo y con respaldo legislativo en el Congreso; y ahora apuesta a lograr lo mismo con Milei.

Esta misma tarde, el propio Schiaretti salió a saludar en redes sociales al líder de La Libertad Avanza y señaló: "la voluntad expresada en las urnas refleja el rotundo rechazo de los cordobeses al kirchnerismo, ya que es el peor resultado de las últimas tres elecciones para esa fuerza. Y esto sucede porque maltrataron a Córdoba y al interior de la Patria durante estos 20 años, gobernando desde y para la República del Amba, con una verdadera falta de federalismo".

Por esto, para ningún massista en Córdoba el diálogo entre Macri y Schiaretti se cortó. Al contrario, creen que los números cordobeses, donde el libertario rompió la barrera de la fórmula fernet 70/30, obedecen a la manera en la que Schiaretti jugó contra la candidatura de Sergio Massa. Milei superó incluso lo conseguido por Macri en 2015 en el ballotage con Daniel Scioli y quedó por encima del 70% de los votos.

En la tarde de este domingo, y mientras empezaban a conocerse los primeros números, un intendente cordobés dentro del massismo reconoció el enojo en el entorno del hombre de Tigre para con Schiaretti y su sucesor, Martín Llaryora. "Todos jugaron muy mal. Pero no importa, esto siempre vuelve", dijo el hombre del sudeste cordobés a LPO.

Por ello, no solo Schiaretti es el apuntado por los resultados en Córdoba. Llaryora, quien asumirá al frente de la Provincia el 10 de diciembre, fue otro de los neutrales a los que el PJ les reclamó más. Ninguno en el tridente que integran Schiaretti, Llaryora y el intendente electo Daniel Passerini salió de la neutralidad y la prescindencia. Aunque sí es cierto que el gobernador fue mucho más vehemente que los otros dos a la hora de criticar a Massa por la gestión al frente de Economía.

Estrategia que esconde el paso que viene para los peronistas cordobesistas. De la misma manera que buscan dar gobernabilidad a Milei en Casa Rosada, hurgarán en la reconstrucción del PJ Nacional con los gobernadores que quedaron "sueltos". Schiaretti pretende ser candidato a diputado en 2025, además del líder de una liga de referentes provinciales para interactuar con Milei, vía Guillermo Francos, el eventual ministro del Interior libertario. Y Llaryora hará lo propio con dirigencia de Juntos por el Cambio que quede dañada después de la elección de esta noche.

"No todos se van a ir con Milei", sostienen en el peronismo de Córdoba y se ilusionan con contenerlos. Algo de eso pasó la semana última con las incorporaciones del PRO que sumó Llaryora para su gabinete como Pedro Dellarossa y Darío Capitani, ambos con un desembarco autorizado previa venia del expresidente Macri.

El contexto, confían en el llaryorismo, le permitirá al gobernador electo en Córdoba arrancar enfocado en la gestión, buscando los saldos en Juntos y esperando una proyección nacional. Estrategia en la que sí se diferenciará de sus dos antecesores De la Sota y Schiaretti, porque según dicen los llaryoristas: "va a tener mayor presencia en medios nacionales".

Dentro de Juntos, la fiscalización que aportó el PRO, un sector de la UCR y el juecismo también fue clave. Ordenando un esquema que en octubre había lucido endeble y que traía preocupación después de algunas reuniones tensas entre halcones y leones.

En tanto, no fueron pocos en el massismo los que observaron la manera en la que el PJ cordobesista, con segundas y terceras líneas de Llaryora que habían prometido respaldo, no cumplieron.