Los Tiburones de Galperín y Mac Farlane no dan la talla en el rugby de EEUU

Se comieron palizas con los Dientes de Sable de Houston y los Chacales de Dallas y están anteúltimos. Salvo un milagro quedarán afuera de los playoffs a los que clasifican casi todos los equipos.

Los Tiburones de Galperín y Mac Farlane no dan la talla en el rugby de EEUU

 Los Miami Sharks de Marcos Galperin y Alejandro MacFarlane navegan en el fondo de la tabla de la Major League Rugby y podrían quedarse afuera de los playoffs, a los que clasifica el 66,6% de los equipos.

Galperín se asoció con MacFarlane, Martín Migoya de Globant y Ronaldo Strazzolini de Magna Capital. También participan Gabriel Martino y Nicky Caputo. Se trata de empresarios muy cercanos a Mauricio Macri poco acostumbrados a los fracasos económicos. Hay quienes asocian a Augusto Rodríguez Larreta en ese negocio que aún no logra despegar.

Los socios, que se cuentan entre las personas más acaudaladas de la Argentina, pagaron solamente 7 millones de dólares por la franquicia, pero los resultados están lejos de ser los esperados. 

Los Tiburones perdieron 9 de sus 13 partidos y están anteúltimos en su grupo y anteúltimos en la clasificación general, a 9 puntos del tercero y cuarto. Algunas derrotas fueron más dolorosas, como el 30-19 contra los Dientes de Sable de Houston o el 38-17 contra los Chacales de Dallas. Eso no impidió que los empresarios se movieran para que los partidos de los Sharks, que no pudieron vencer ni a los Lobos Marinos de Seattle, se transmitan en vivo por Star+ en la Argentina.

Alejandro Mac Farlane

Cada victoria les otorga 4 puntos y existe un punto bonus si marcan más de 4 tries en un partido.

A pesar de que 4 de los 6 equipos pasan de ronda, la clasificación de los Tiburones está en peligro. Se jugarán sus boletos a la fase final contra los Sabuesos de Chicago y las Viejas Glorias de Washington DC, que los derrotaron en los enfrentamientos previos. También jugarán contra los Himnos de Carolina del Norte, contra el que tienen saldo positivo.

El rugby en los EEUU es un deporte menor, con una audiencia ínfima comparada con el fútbol americano, que es como el rugby pero con casco y porristas. En 2031 la Copa del Mundo se jugará en el país norteamericano y la apuesta es que el deporte tenga un impulso similar al que tuvo el "soccer" con el mundial de 1994. 

Nadie espera que en los próximos años las franquicias den ganancias, pero por el momento los Sharks tampoco lograron encadenar éxitos deportivos. 

Su estadio es uno de los más pequeños de la liga y tiene capacidad para 5 mil personas, el mismo aforo que la cancha de Flandria. Al principio de la temporada se ofreció un abono VIP  por 2500 dólares y una entrada para 8 partidos, por 225 dólares, valores superiores a los que paga el hincha medio del Canario.

En Miami, como en el resto de EEUU, el fútbol americano es el deporte rey y allí mandan los Miami Dolphins. Los Marlins en Baseball, el Heat en básquet son las principales atracciones, tal vez amenazadas por el Inter Miami, el equipo de Lionel Messi que revolucionó la cuidad. Por eso las franquicias de rugby son vistas más como un hobby de millonarios que como un negocio rentable.