“Vetar la Ley de Emergencia Pediátrica es traicionar al Garrahan y a todos los chicos que se atienden en él”
El veto “está causando conmoción y ebullición en todo el equipo de salud”, advirtieron desde el principal hospital pediátrico de alta complejidad. Llamaron a un paro de 48 horas y un ruidazo nacional, previo a una nueva Marcha Federal que se espera masiva. Situaciones de "angustia y sobrecarga", mientras la prensa intervenida intenta mostrar otra postal.

Entre el personal del Garrahan había quienes mantenían la esperanza en que el presidente Javier Milei no vetara la Ley de Emergencia Pediátrica. Pero a gran parte la noticia no los sorprendió. En unos y en otros la reacción fue de indignación. El veto presidencial potenció el enojo y fomentó la unidad con el reclamo docente y estudiantil, que también se topó con el veto a la Ley de Financiamiento Universitario. El veto “está causando conmoción y ebullición en todo el equipo de salud”, definió desde la puerta del hospital Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT).
“El presidente acaba de abrir una Caja de Pandora. El pueblo ya lo vetó en las urnas el domingo, y ahora con estos atropellos autoritarios contra la salud y la universidad pública, lo único que hace es provocar la reacción de trabajadores y de todo un pueblo. Este presidente es enemigo de las infancias, de la salud pública y de la universidad, y vamos a vetarlo nosotros en las calles”, dijo en una conferencia de prensa organizada a primera hora de la mañana, tras un veto confirmado durante la madrugada.
Este viernes comenzará un paro de 48 horas, que además incluye la convocatoria a un “ruidazo nacional” mañana viernes a las 20. La Marcha Federal, que ya se anticipa masiva, será ante el Congreso cuando se defina el tratamiento del veto. Una posibilidad es que sea el miércoles 17.
“No queremos que esto se destruya”
“Al principio, cuando la ley fue sancionada con amplia mayoría, teníamos la esperanza de que no se vete. Después, cuando fueron las elecciones y perdieron por 15 puntos pero lo vimos a Milei diciendo que iba a mantener las mismas políticas y estaba con (el ministro de Salud, Mario) Lugones, la lectura fue que se iba a vetar. Nos dio mucha bronca y mucha preocupación, porque estamos trabajando al límite para sostener la calidad de atención y responder a la demanda de niñas, niños y adolescentes en medio del éxodo de profesionales”, dijo a este diario Miriam Guiter, jefa Clínica de Hemato-Oncología.
Ya se fueron más de 240 trabajadores y el impacto de las renuncias se vuelve cada vez más pesado. “Esta semana en hepatología la persona a cargo se fue de vacaciones y no entró nadie en esa residencia, así que tuvieron que llamar a gente de otro servicio, de otra especialidad. Si seguimos al límite se ve venir un riesgo en cuanto a la calidad de atención”, alertó la médica. Y lamentó: “No queremos que esto se destruya”.
La comunicación intervenida
A la indignación del veto se sumó la que provocaron las autoridades del hospital, que desde el inicio del conflicto intentan desmentir y deslegitimar el reclamo del personal. “Tenemos la prensa intervenida y la interventora esta mañana, mientras contábamos la situación en la puerta, salió a repartir volantes sin firma desmintiendo todo lo que estamos diciendo”, denunció Guiter. Desde Prensa Obrera difundieron el material que repartía el equipo de prensa, con la versión de Lugones: entre otras cosas, que “la Ley de Emergencia no solo no es necesaria, sino perjudicial” y que el Hospital ya tuvo un aumento de presupuesto del 274%.
ASÍ OPERAN LAS AUTORIDADES DEL GARRAHAN.
— Prensa Obrera (@prensaobrera) September 11, 2025
Este texto impreso «en off» (sic) distribuía la jefa de prensa designada por el Consejo de Administración para difundir fake news entre los periodistas que se acercaron a cubrir la conferencia de lxs laburantes del Hospital. pic.twitter.com/k7Ktc4I74s
“La idea es que apoyen (diputados y senadores) el financiamiento del hospital, que en este momento no existe. A pesar de que si uno lee el veto dice que hay dinero, pero no se traduce en lo que estamos pidiendo”, dijo el jefe de Terapia Intensiva, Mauro García, en diálogo con LN+. Pese a la versión que insisten en difundir las autoridades impuestas por el Ministerio de Salud, el profesional describió que “la situación sigue siendo crítica, angustiante, todos los días nos enteramos de algún profesional que se va. El motivo principal es lo salarial”.
Eso se traduce en que “las condiciones son de sobrecarga. Cuando falta alguien, porque se fue, redoblamos nuestros esfuerzos. Estamos acá por nuestros pacientes, pero la situación se hace insostenible: 18 meses y más de 240 renuncias. Eso termina repercutiendo. La gente está alicaída”.
García relató que “esta mañana empezó el tema en los chats la situación era de angustia”, pero el colectivo se mantiene firme en su reclamo: “Volveremos a explicarle a la gente por qué el Garrahan tiene que seguir”.
Residentes en lucha
“Vetar la Ley de Emergencia Pediátrica es traicionar al Garrahan y a todos los chicos que se atienden en él”, definió la Asamblea de Residentes de Pediatría del Hospital. Fue este colectivo el que dio inicio a la lucha de este año, que luego escaló hasta involucrar a todo el personal.
Una de las respuestas de la gestión de Lugones fue convertir las residencias en un esquema de becas, precarizando aún más sus condiciones laborales. En el documento sin firma difundido en la puerta del Hospital con la versión gubernamental sobre el conflicto, uno de los aspectos señalados es que la Ley de Emergencia “desarticularía el nuevo régimen de residencias, valorado por los profesionales, que moderniza la formación y garantiza calidad en la atención futura”. Sin embargo, ese nuevo régimen fue cuestionado hasta por asociaciones y entidades médicas que advirtieron sobre el impacto que tendría en el sistema sanitario en su conjunto.
“Si esto sigue así solo van a poder hacer residencias nuevos profesionales que tengan quién los banque. El que tenga que hacer otra cosa para subsistir no lo va a poder hacer. Todo eso que repartieron en la puerta es un intento más de ensuciarnos a todos”, criticó Guiter.